Ya ha recibido el beneplácito de los veterinarios y ha alcanzado el peso deseado para volver a su hábitat, algo que se trata de reproducir en estas instalaciones. Tampoco tienen contacto con personas para que no se habitúen a los humanos. «Aquí lo que hacemos es alimentar y reproducir los hábitos que debe tener una vez sea incorporada a su entorno habitual, guardando unas pautas de alimentación que nos permitan que esa reintroducción tenga éxito», explicó José Ángel Arranz, director general de Patrimonio Natural y Política Forestal de la Junta de Castilla y León.
El periplo para la recuperación de Éndriga comenzó el pasado verano. Fue recogida en la zona asturiana de Somiedo «aislada del grupo familiar», recuerda David Villar, director general de Medio Natural del Principado. Pesaba aproximadamente un tercio y su primer destino fue Oviedo, donde se realizaron las primeras curas. Después estuvo en el Centro de Recuperación de la Fauna Silvestre del Gobierno de Cantabria, donde «fue objeto de un tratamiento veterinario intensivo, manteniendo el aislamiento para que no se acostumbrara a la presencia humana», recuerda Antonio Lucio, responsable cántabro. Tras tres meses, Éndriga llegó a la finca Valsemana, donde lleva cuatro meses en uno de los dos recintos de aclimatación para osos pardos. Cuentan con arroyos con agua natural, arbolado, cuevas artificiales naturalizadas, salas de manejo y equipos de videovigilancia durante las 24 horas, además de un completo aislamiento del contacto humano.
Colaboración de "éxito"
Tras interesarse por el estado de la osezna Éndriga, que será liberada en Asturias en los próximos días aunque por el momento se desconoce la zona exacta, los directores generales de Castilla y León, el Principado y Cantabria celebraron el «éxito» de las actuaciones conjuntas «para sacar adelante los compromisos conjuntos, en este caso la recuperación del oso pardo cantábrico», explicó Arranz.«Es una colaboración que extendemos a muchos otros hábitos, como el futuro centro de cría del urogallo, la gestión de Picos de Europa o el lobo», confirmó Lucio, director general cántabro de origen leonés. «Creo que este es un buen ejemplo de coordinación institucional en la que no cuentan para nada los colores políticos, si no los intereses mutuos en la protección de las especies», apuntó. «Perseguimos el mismo fin, la mejora de la especie y el trabajo en conjunto sobre algo que no entiende de fronteras, los animales, que tal y como nosotros entendemos la gestión trascienden a las fronteras territoriales y éste es un buen ejemplo de cómo la coordinación nos permite recuperar una especie en peligro de extinción», incidió Villar.