La olvidada "quinta de las madreñas"

Grandes esquiadores leoneses, olímpicos, campeones de España... de pueblos de nuestras montañas son los grandes olvidados de nuestro deporte

Fulgencio Fernández
25/02/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Cundi fue cartero de su comarca muchos años y falleció en Maraña en 2015.
Cundi fue cartero de su comarca muchos años y falleció en Maraña en 2015.
Se están celebrando los Juegos de Invierno con el esquí como uno de los deportes más seguidos. En Lario los sigue Carlos Fernández, esquiador, padre y abuelo de campeones, uno de los responsables del auge que este deporte tuvo en la comarca: "Ahora hace 50 años, en los Juegos Olímpicos de Grenoble, estaba ahí Cundi, el de Maraña... qué bueno era, aquella lesiónfue terrible, ya no pudo estar en Sapporo cuando la medalla de Paquito"...

Es sólo una historia. Carlos Fernández tiene otras muchas en la cabeza pues sigue siendo (con 80 años) esquiador y apasionado del esquí. Él recuerda la historia de Los Magníficos de Maraña —con Acacio, Aurelio, Amancio, Cirilo y aquellos pioneros—, conoció y colaboró con los que llegaban del ‘entorno’ de Pajares: Raúl el de Busdongo, Alfredo Cascallana, de Ventosilla,Belarmino, afincado en Rodiezmo... Unos de esquí ‘clásico’ y otros especialistas en travesía, como Belarmino, responsable muchos años de la escuela de esquí de Villamanín. Otra institución.

- Cundi era extraordinario, estaba llamado a ser importante; parece lamentar constantemente el veterano esquiador de Lario, que se repone de una intervención quirúrgica.
- Y Olga también...

Sonríe. Olga Fernández Maraña es su hija y fue una excelente esquiadora, en unos años difíciles para la mujer, también en el esquí.

Olga (Lario,1968) cuando sólo tenía 15 años y era feliz en su pueblo —«tenía en casa lo que más me gustaba, la nieve y mi padre era carpintero por lo que me hizo los primeros esquís con una tablas»— sorprende a todos cuando se proclama campeona del mundo escolar de slalom gigante en la competición celebrada en la estación italiana de Cortina-Dampezo. Parecía el inicio de una carrera brillante, lo fue, vivió en centros de alto rendimiento, lejos de casa, con esfuerzo económico de su familia, con poca atención y medios para el deporte femenino., llegó a tener que pedir prestados unos esquís a una compañera., el seleccionador era el novio de una de las esquiadoras.. y una lesión le impide ira los juegos olímpicos de Calgary en 1988. Un año más tarde se retira y se va a vivir a Francia,país de su marido, también esquiador. Y del equipo francés ha formado parte su hijo Guillaume, Campeón del Mundo infantil. La saga continúa, incluso la madre de Olga fue una de laspioneras del esquí femenino.

Volvamos a Secundino Rodríguez, ‘Cundi’ de Maraña, ese esquiador que fue la gran joyaperdida para Carlos Fernández. "Era buenísimo, tenía una técnica increíble, valiente como nadie... por eso le pasó lo que le pasó".

Secundino Rodríguez (Maraña, 1948) sí llevaba el camino de la gloria. Formó el equipo español en la Olimpiada de Grenoblecon Paquito Fernández Ochoa, Carlos Adserà y Aurelio García, compitiendo en slalom. Aún era muy joven pero su actuacióndejó destellos de que llegaba con mucha fuerza. Habitual en la selección española, con excelentes resultados, en 1972 sufre una lesión gravísima que cortó su carrera. "Estaban en una competición y se suspendió por la niebla, no se veía nada, y los esquiadores estaban arriba esperando los remontes para bajar... Pero Cundi decidió bajar esquiando y chocó contra una gran máquina que estaba trabajando en las pistas. El destrozo fue irreparable".Aunque no hay que olvidar que fue el único esquiador leonés presente en una Olimpiada. "La quinta de la madreña"Pero hemos dado un salto en el tiempo para llegar a la historia de nuestro olímpico y nuestra campeona del mundo escolar, seguramente los títulos «más rutilantes» pero hay una base anterior, puesta por unos grandes pioneros del esquí en esta provincia y con "base" en Maraña y su comarcacon los Magníficos de Maraña —era la época de Los 5 Magníficos del Zaragoza— y también en Busdongo y los pueblos de las cercanías de la Estación de esquí de Pajares, con Raúl, Alfredo Cascallana... La anécdota es de hace 15 ó 20 años, en Maraña, en la tienda bar del gran Acacio.-¿Érais Los Magníficos de Maraña?- Lo que éramos es La quinta de las madreñas; dice Acacio pues estaba de actualidad lo de La quinta del Buitre y se sucedieron numerosas anécdotas de aquellos esquiadores de pueblo en el ambiente elitista del esquí en muchas otras estaciones. Lo que no les impidió llevarse el Campeonato de España por equipos y varios títulos individuales, como el que también logro en los años 50 Alfredo Cascallana, fallecido hace poco más de un año después de más de 20 años con un corazón trasplantado y de haber superado un infarto que le dio compitiendo en un campeonato de veteranos.Una curiosidad extraída de las historias de esta estación que debe su impulso a Chus Valgrande. "La economía española despertó a comienzos de los años 60 y la Diputación de León también quiso entrar a colaborar en el crecimiento de Pajares. Lograron reunir 10 millones de pesetas para inversiones, aunque Jesús Suárez Valgrande optó por renunciar a esas aportaciones en una de sus decisiones más polémicas. Ese dinero fue destinado a otro lugar y así nació la estación de San Isidro".

Otra de las curiosidades es la llegada a León de otros dos personajes singulares. Una cuenta como Guisasola, un pionero del esquí asturiano que vino a vivir a León, y conoció a las gentes del esquí en León, entre ellos, a Sterling,ingeniero suizo que trabajaba en las minas de Sabero y que "nos enseñó la técnica de telemark, que dominaba a la perfección", tanto que venían a sus clases desde Pajares, por Boñar y regresar por Riaño y el puerto del Pontón.

El segundo es otro ‘monitor’, cuyo nombre se repite en los ambientes de esquí tanto de Pajares como de Maraña: Walter Foeger. "Foeger fue el primer profesor de tres grupos de aficionados localizados en Oviedo, Gijón y León. Las estrechas relaciones entre el régimen de Franco y la Alemania de Hitler llevó a Pajares al primer profesor: el austriaco Walter Foeger, un esquiador con una técnica depurada y una disciplina típicamente europea. Su técnica de esquí, de la escuela austriaca, sentó las bases de la forma de esquiar en Pajares y que siempre ha importado la Escuela Española de Esquí. Aunque pocos lo sepan, Foeger da nombre a una de las pistas de La Picarota".

Para acabar, ayer se homenajeaba en la estación de Pajares a Gelito, uno de los Galgos de Lena, algo parecido a los de Maraña. Podía ser un ejemplo.
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