La "odisea" de poder seguir el curso de espaldas a internet

La educación 'online' se complica en pueblos como Santa Olaja de Eslonza, donde la conexión y la cobertura brillan por su ausencia

C. Centeno
25/03/2020
 Actualizado a 25/03/2020
Gabriel, que estudia 1º de la ESO en el instituto de Mansilla, este martes haciendo los deberes en su casa de Santa Olaja. | L.N.C.
Gabriel, que estudia 1º de la ESO en el instituto de Mansilla, este martes haciendo los deberes en su casa de Santa Olaja. | L.N.C.
El único lugar de Santa Olaja de Eslonza en el que los vecinos tienen buena cobertura móvil es la era. La conexión a internet que llega a los domicilios que cuentan con el servicio contratado también es escasa y con esta situación «tercermundista» conviven a diario a poco más de 20 kilómetros de León capital, «que tampoco es que estemos en el culo del mundo», protesta Nuria García. Ella tiene un negocio hostelero en la localidad, por lo que no es la primera vez que vivir de espaldas a internet le causa problemas, pero la cuarentena de estos días hace que la situación se complique aún más, especialmente para sus tres hijos en edad escolar. Ellos estudian primero de la ESO y cuarto de Primaria –dos son mellizos– en Mansilla de las Mulas, y el cierre de los centros escolares ha hecho que tengan que seguir el curso a través de la web, toda una «odisea».

La primera semana fue «horrorosa» y han tenido que buscar la fórmula para que puedan seguir las tareas La primera semana de confinamiento fue «horrible», asegura Nuria. Que los tres niños estuvieran conectados a la vez era «imposible» con la calidad de la conexión y tuvieron que ingeniárselas para que el padre descargara los archivos en su trabajo, los grabara en un pincho y al llegar a casa cada uno pudiese tener sus deberes, porque en el pueblo no había forma. También «llamé al 1002 y me dijeron que a través del wifi solo me llegaban cinco megas y con los aparatos de los tres se colapsaba», recuerda. «La chica que me atendió, muy amable, me dijo que tenía disponibles 30 megas en los teléfonos móviles y ya le dije que si tuviera cobertura móvil sería estupendo», pero tampoco.

Esto hizo que contactara con los profesores para contarles la situación. «La tutora del mayor nos dejó los correos electrónicos de todos por si teníamos problemas que contactásemos con ellos para ver cómo podían hacernos llegar las tareas», explica. «Le dije mira a mí mándame los deberes como quieras pero no me los mandes por internet porque es imposible», lamenta.

Nuria agradece que los profesores entiendan sus condiciones y traten de hacérselo "más fácil" Gracias a ello, «ahora me lo manda por Whatsapp, porque el wifi para el teléfono no va del todo mal», reconoce aliviada y «ampliando la foto vamos haciendo los deberes». Eso sí, tuvieron que desenchufar la conexión del bar y todos los aparatos que pudiesen consumir internet en casa. La disposición de los profesores, que «lo han entendido y ellos mismos han intentado buscar una solución y facilitarnos las cosas muchísimo», junto a la colaboración de otras madres de alumnos a las que en ocasiones tiene que recurrir, ha permitido que esta segunda semana, al menos, los niños puedan ponerse al día, pero no está siendo fácil. «La tutora de Gabriel –en 1º de la ESO– me dijo que esta iba a intentar mandarle deberes solo de los libros para que él pueda ir haciéndolos, entonces me manda por Whatsapp una foto con lo que le corresponde y así nos vamos apañando», cuenta.

«El problema es que la semana pasada empezamos a trabajar el viernes, con lo cual ya van con una semana de retraso», confiesa. La escasa conexión también dificulta que sigan las clases de la academia de inglés a la que van normalmente en Mansilla y que estos días son ‘online’. «Duran cuarenta minutos y ellos entre que se conecta, no se ve, se queda pixelado o se cuelga internet no llegan a media hora, es horroroso», confirma.

Por eso lanza un mensaje «a los políticos que dicen que funciona al 80% de su capacidad» para que «de una vez» lleguen soluciones reales que permitan reducir la brecha digital con la que viven en numerosas localidades del medio rural y que no solo se sufre en épocas de confinamiento.
Lo más leído