La obispa y los obispines

"Habemus casi Papa", que es lo que en lleunés viene siendo «el bispo» y para los partidarios el señor obispo de la Diócesis; que quede claro, la Diócesis, no vaya a ocurrir como cuando en el pueblo vino a confirmar don Almarcha, que mandaba la de Dios, y contrataron para alabarlo y recibirlo al Tío Juan de la Caldera, que aunque no era partidario de la causa tenía muy buena voz cuando cantaba en la cantina ‘Las barandillas del puente’ y pareció el más adecuado.

Oye, y chorro de voz sacó, se escuchó el viva hasta en el pozo de la Mina la Profunda pero como no era muy afín a la causa pues lo de la diócesis no lo debía tener en el palabrero y gritó con entusiasmo: «¡Viva el Obispo de la Dieciséis». Se hizo el silencio y para contrarrestar, el maestro Don Primo, que soletreaba muy bien, sacó el chorro de voz que pudo y trató de arreglarlo: «¡Viva el fundador de la Iglesia!».

A lo que hasta Don Almarcha tuvo que moderar: «Tanto no, tanto no».

Bueno, pues que hagan media.

Que sepa don Luigi que no siempre fue fácil ser bispo en esta tierra, que hay mucho cabrón con pintas, que dicen que dijo don Almarcha en su otra visita —ya no quiso más— a la zona, traído por gentes influyentes de Genicera. Le esperaron todos en fila, de autoridades mayores a menores, y en medio andaba el presidente eterno del pueblo, tan eterno como solterón recalcitrante pese a las ofertas, y al decirle: «Don Luis, y aquí el presidente, la máxima autoridad local». Debió pensar el señor obispo que «entre jefes»... y se metió en conversación cercana.

- Muy bien, ¿todo bien en el pueblo?, ¿buenos cristianos en casa?, ¿qué tal la presidenta y los presidentines?

- Todo muy bien, de rezo diario. Y vuesa eminencia, ¿qué tal por casa? ¿qué tal la obispa y los obispines?

No volvió, claro ¿a santo de qué? Si llega a volver le estaba esperando el poeta Llamas con su pregunta teológica de más calado: «¿Quién fue el hijo que nació antes que su padre, / mató a la cuarta parte de la humanidad, / y la enterró en las entrañas de su abuela?».

Usté cuídese don Luigi, que esta feligresía es muy socarrona.