La nueva cara de la tiranía

España es un laboratorio en el que se realizan constantemente pruebas testigo que, a veces, resultan unas recetas asombrosas de aplicación en la vida social, industrial, comercial y, como no, en la política.

Nuestra querida tierra asombrosamente se presta a un roto y a un descosido con una facilidad asombrosa, realiza pruebas, las exporta o bien hace de animadora para que la fiebre de la intervención no quede sin el sello ibérico.

Y ahora vamos al grano que es lo importante.

En este batiburrillo de fin de era y comienzo de algo que todavía no sabemos cómo será, sí apunta a algo mejor o a un monstruo que nos barrerá de la superficie, entre novedades tecnológicas e inventos varios, surge lo de siempre, el ejercicio del poder de forma, dicen algunos, original, avasallador, seductor y con características propias preocupantes.

Si observamos el panorama de la política mundial comprobamos con preocupación manifiesta como las democracias se debilitan, los sistemas administrativos de las naciones muestran lo más feo de su entramado, los individuos se doblegan ante la vanidad y la ambición y la cúspide de la pirámide cambia el consenso por el ego del que vence, aunque sea por la mínima y con métodos oscuros. Y otra característica más, este tránsito de toma del poder se hace con decisión, contundencia y sin mover una pestaña por medio de líderes que visten traje normal, es decir, van de chaqueta y no de uniforme.

Podíamos abundar en ejemplos pero creo que todo el mundo conoce cómo está evolucionado el sistema político en el mundo y cómo unos y otros se tildan con las lindezas habituales, con un denominador común: la izquierda, dicen ellos, cómo catequizan a los voceros del papel, las ondas y el plasma, más a los de la farándula y algún millonetis reconvertido al radicalismo aunque haciendo su particular agosto con el monopolio, pues tapa muy bien sus miserias y abusos, mientras la derecha va de cócteles, presentaciones, milongas y demás argumentos sin darse cuenta que la espalda la lleva con múltiples heridas de las diatribas y trampas que le ponen los amos del sectarismo.

Dicho esto reseñaremos algo propio de lo que afirmamos. Serguei Guriev soportó un registro domiciliario de los amigos del Kremlin en el que le pusieron patas arriba su oficina. Dedujo que tenía que abandonar su patria y ahora sus ideas liberales de economista se desarrollan en el Institut d’Etudes Politiques de París del que es rector. Ha publicado ‘Spin Dictators’(Princeton University Press) que trata sobre las tiranías del siglo XXI, escrita por el politólogo Daniel Treisman y que presentó en el Foro de Budapest. En una estupenda entrevista realizada por Gonzalo Suárez, publicada por el diario El Mundo de fecha 25 de septiembre de 2022, afirma: «Los dictadores ya no son lo que eran. Cuando pensamos en la palabra dictador nos vienen los grandes tiranos del siglo pasado, Hitler, Stalin o Mao, es decir personajes brutales que no ocultaban que su poder se basaba en el miedo, la represión y el control en las vidas de la población».

Serguei afirma que hay tiranos como Basahr al-Assad, Maduro, Kim Jong-un, pero hoy ha ido mutando la tipología del dictador hacia una «nueva generación de dictadores que ha roto el manual de instrucciones de Hitler, Stalin y Mao y es capaz de hacerse con el control absoluto de un pueblo manipulando la información y fingiendo que respetan los principios democráticos». Y sigue diciendo: «El ejemplo de EE. UU. nos demuestra que todas las democracias están en peligro».

Además estos ‘asalta democracias’ están entre nosotros, en este mundo global, visten de chaqueta como dice Serguei, mientras contemplamos los informativos en el plasma o en la radio, leemos informaciones sesgadas, no contrastamos lo que nos dan y nuestra mente está vagando por el paraíso de las plataformas, las ‘app’ y las pantallas de los teléfonos.

No hay nada mejor que una lavativa cerebral ante tanta manipulación, hombres de negro y hombres y mujeres de chaqueta y vestidos de pasarela porque lo que está en peligro es la conciencia, la crítica constructiva, el amor por la tierra que te vio nacer, el trabajo bien hecho y la moralidad de las conductas para erradicar a todos estos ‘oKupas’ del poder.

El sombro no tiene límites y estas conductas están proliferando como las setas y eso que la sequía es notable. Por eso hay que estar alerta, ser conscientes de que hombres de gris con cortes de trajes caros y gustos exquisitos adquiridos con el esfuerzo de todos amenazan la estabilidad y el futuro de las naciones democráticas derribando los contrapesos que la democracia aporta para que el poder desmedido no salga de los justos límites de la oposición que es la que debe ejercer de vigilante para que todo discurra con serenidad y eficacia.