La normativa del tren-tranvía se eterniza

El Gobierno no ha resuelto aún las alegaciones a un real decreto que luego debe pasar al Consejo de Estado y al Consejo de Ministros y que detallará cómo serán los convoyes

A. Martínez
03/01/2022
 Actualizado a 03/01/2022
La nueva plataforma de Feve entre la estación de Padre Isla y el apeadero de La Asunción lleva terminada y sin trenes desde mayo de 2018. | MAURICIO PEÑA
La nueva plataforma de Feve entre la estación de Padre Isla y el apeadero de La Asunción lleva terminada y sin trenes desde mayo de 2018. | MAURICIO PEÑA
Que el funcionamiento de las administraciones tiende a estar sumido en la lentitud es algo que está fuera de toda duda y que llega al paroxismo en el caso de proyectos como el de la integración de la línea de Feve en su acceso al centro de León.

El pasado 18 de septiembre se cumplió una década desde que el último tren salió de la estación de Padre Isla antes de que se cortase el tráfico para acometer la obra en el tramo de 2,6 kilómetros de longitud que llega hasta el apeadero que se encuentra en el barrio de La Asunción. El plan previsto entonces era que la circulación se recuperase a principios de 2013 tras elevar la cota de la vía y lograr la permeabilidad entre ambos lados de la misma.

Y ese objetivo se logró con la conclusión –en mayo de 2018– de la obra civil de la integración, pero el tren-tranvía no ha llegado todavía y los viajeros siguen haciendo en autobús los recorridos entre la estación de Padre Isla y el apeadero de La Asunción.

A mayores del recorte de los ramales al Hospital y a la Universidad y de la supresión de la electrificación del trazado, otra de las piedras en el camino en el proyecto de integración de Feve en la capital leonesa ha sido la derivada de la seguridad. Y ello fue así como consecuencia del grave accidente ferroviario que se produjoen el año 2013 en Santiago de Compostela. La obra estuvo paralizada un año y medio. Fue en diciembre de 2014 cuando las máquinas dejaron de trabajar a la espera, según se explicó entonces desde el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) de que se redactase un nuevo proyecto sobre seguridad y señalización para la infraestructura, además de una normativa que regulase de manera específica la circulación del tren-tranvía.

Y el 16 de junio de 2016 –diez días antes de las elecciones generales celebradas aquel año– se reiniciaron los trabajos para completar la plataforma, algo que sucedió en mayo del año 2018 después de numerosos retrasos.

Sin embargo, la normativa sigue sin estar lista. Su redacción se encargó hace poco menos de cinco años. Fue el 7 de abril de 2017 cuando la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria impulsó una encomienda de gestión a la empresa pública Ineco (Ingeniería y Economía del Transporte) para hacer un análisis de riesgos, una identificación de requisitos esenciales y un desarrollo normativo para la circulación tranviaria en tramos de la Red Ferroviaria de Interés General. Se trata en definitiva de fijar las características que deben tener las instalaciones fijas, el material rodante, las intersecciones y las señalizaciones de las plataforma tranviarias como la que se ha construido para Feve en su acceso al centro de la capital leonesa, además de establecer el régimen de circulación de los convoyes.

El resultado de esa encomienda de gestión aparecía en un extenso informe fechado el 11 de junio de 2018. Meses más tarde, en septiembre de ese mismo año, fuentes de Adif explicaban a este periódico que los trabajos para el desarrollo de la normativa ya habían concluido y que se ultimaba la «redacción y validación» de un real decreto que debería aprobarse para que pudiese ser efectiva. Sin embargo, no fue hasta dos después de que finalizase aquella primera fase, es decir, hasta junio de 2020, cuando volvió a haber novedades al respecto. Fue entonces cuando se impulsó una consulta pública previa sobre el proyecto del real decreto que articularía la circulación del tren-tranvía.
Tras esa consulta y la incorporación de las propuestas, comenzó la fase de elaboración de un estudio informativo que fue sometido a información pública el pasado mes de junio.

Y poco más se ha sabido desde entonces. La última respuesta ofrecida por parte del Gobierno al senador del PP de León Antonio Silván –fechada el pasado 21 de diciembre– no fija plazo alguno para la aprobación del real decreto y se limita a recordar que la Red Ferroviaria de Interés General (RFIG) no cuente por ahora con ningún tramo de explotación tranviaria, por lo que la situación planteada en León es «novedosa». Es por eso que argumentan en su respuesta que el desarrollo del nuevo marco normativo es una tarea «compleja», pero «absolutamente imprescindible» para que se puedan explotar las instalaciones «con las máximas garantías de seguridad y operatividad».

Por ahora, la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria no ha decidido aún qué enmiendas presentadas durante el periodo de información pública se van a incorporar al texto y cuáles van a ser rechazadas. Cuando se haya tomado esta decisión, el real decreto deberá pasar consulta en el Consejo de Estado y posteriormente recibirá el visto bueno definitivo en el Consejo de Ministros.

Y no será hasta que esté culminada la normativa cuando se podrá licitar la adquisición de los trenes-tranvía, que deberán adaptarse a los requisitos técnicos que en ella se establezcan. Si al proceso de contratación el sumamos el tiempo de fabricación de los convoyes, podemos concluir que la nueva plataforma de Feve seguirá deteriorándose y sirviendo de paseo a los leoneses durante mucho tiempo.
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