La niña bonita

Hemos estrenado un nuevo año muy soleado, de bajas temperaturas y con los dígitos de la niña bonita como se conoce al número quince. Para unos es lo de menos los números que componen en flamante año mientras que otros auguran un período muy movido judicialmente porque se han heredado mil quinientos casos de corrupción pendientes en los tribunales desde el ya caducado 2014. Yo soy optimista con el número quince porque una vez que me tocó un poco de lotería del Niño la terminación fue en 015. Ahora falta sobrevivir este flamante año para poder comprobar lo que nos deparará de cara al futuro inmediato en todos los órdenes, pues al menos se celebrarán tres comicios incluyendo el de Cataluña.

Las encuestas que ya se ofrecen para las municipales, autonómicas y generales anuncian un cambio importante en el recuento de votos con la presencia de listas nuevas y en los partidos mayoritarios se teme lo peor o, en todo caso, unas coaliciones que permitan un gobierno más o menos estable a formar en este año nuevo. Los indicios de mejora en España parecen tener visos de veracidad y si esto se confirma a todos nos habrá tocado la lotería sin comprar ni un décimo, aunque sea la pedrea.

Creo que si ese el gobierno resultante de las lecciones de 2015 de verdad se quiere ahorrar dinero para dedicarlo a inversiones públicas y mejora de servicios que permitan ofertar puestos de trabajo se deberían adoptar medidas decisivas como la clausura del Senado, la desaparición de organismos casi inservibles, el agrupamiento de ayuntamientos y de juntas vecinales entre otras instituciones. Otra medida recaudatoria eficaz y justiciera consistiría en que todos los individuos que han chorizado diferentes cantidades de dinero lo devuelvan con intereses correspondientes. Esta acción a realizar desde el gobierno que será elegido este año conseguiría que a todos los españoles nos correspondería un pellizco importante sin tener que gastar en décimos de lotería del sorteo de mañana o siguientes. Pero de todas formas yo juego al quince porque confío más en la niña bonita que en la acción efectiva de este y el próximo gobierno, ya sea municipal, regional o nacional.