Si en la política hay casi tantos listillos como en el periodismo (y listillas, claro está), en el mundo del fútbol hay mucho bocazas. Entre ellos, ocupa un lugar en el Olimpo de los Nostradamus futboleros el singular Tomás Roncero, que deseó suerte a la Cultural en el año de descenso y hace poco despedía «como un gran futbolista y una persona íntegra» a Borja Fernández, ídolo de la afición pucelana y detenido ayer mismo por su presunta implicación en una trama para amañar partidos.
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