Una de sus hijas (¿dónde están ahora que permiten a su anciano padre hacer el ridículo de esa manera?) está casada con un leonés de una conocida familia de un reputado dentista, pero la relación de Ramón Tamames con esa provincia va más allá. Junto a otros ilustres progres, que al contrario que él lo siguen siendo (por ejemplo Joan Manuel Serrat) se hizo socio de una inmensa ganadería que quiso copar el sector hace una década, con pastos en los puertos de Omaña y otros muy cercanos a Luna y a Laciana, pero que terminó igual que su moción de censura.
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