Una de las máximas de la ruralidad dice «quietos hasta ver», y a la ruralidad hay que hacerle caso. Así que quietos todos hasta ver lo que pasa con el expediente que se ha abierto a la empresa que presuntamente sirvió gusanos y gusanas en la sopa de los médicos del Hospital, porque coincide (¡qué coincidencias!) que en este mes se están renovando las concesiones de los servicios de comedor de todos los colegios de la comunidad, y parece que a alguien le interesa hundir a una empresa que, por otra parte, ya se hunde a sí misma sin necesidad de fotos del pasado. Lo dicho: quietos hasta ver.
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