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La necesidad de un asesor financiero que acompañe

02/11/2021
 Actualizado a 02/11/2021
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Con motivo de la presentación de resultados del tercer trimestre de Renta 4, Juan Carlos Ureta, nuestro presidente, explicó las causas del crecimiento de la compañía –con un beneficio del 58 % más en relación al año pasado– y nos animó a seguir estando muy cerca de los clientes que en estos momentos tan complejos necesitan asesoramiento y orientación.

Después de anunciar que la entidad refrenda la buena práctica de sus políticas y procedimientos ESG así reconocido por Clarity Al, empresa de referencia para el análisis de impacto social y medioambiental a nivel global, explicó cómo nos encontramos en un entorno en el que invertir no es una opción y en el que ha desaparecido el ‘activo sin riesgo’. Efectivamente, este entorno de tipos de interés cero nos obliga a invertir porque no hay alternativa. Pero también hay que tener en cuenta, ya lo hemos comentado en anteriores artículos, que no existe en la actualidad ‘activo sin riesgo’, precisamente porque los tipos de interés están donde están. Hace años podíamos contentarnos con adquirir un depósito y olvidarnos; pero ahora y por un largo periodo de tiempo, si queremos obtener rentabilidad hemos de asumir riesgo. Es un proceso este ‘salto’ de ahorrador a inversor, no siempre fácil en este mundo complejo, global y cada vez más tecnológico. En este sentido, este fenómeno, unido a la posibilidad de invertir globalmente y en activos muy diversos, a veces de difícil comprensión, genera una sensación de desorientación y una necesidad de asistencia y orientación básica precisamente para «romper la barrera» y ser inversor. Estas cuestiones dan luz de por qué cada vez más personas buscan un acompañante fiel y honrado en este apasionante viaje al mundo de la inversión. Por otro lado, la covid ha acelerado otro proceso significativo, la transformación del sistema financiero que se está desplazando desde el balance bancario a los mercados de activos: las empresas acuden cada vez más a los mercados para garantizar un acceso fluido y diversificado a los recursos financieros necesarios; algo muy acorde con nuestra sociedad del conocimiento que exige financiar innovación y transformación.

A parte de porque la deuda mundial es elevadísima, esta sociedad de la globalización, de la revolución tecnológica y de la longevidad exigen tipos de interés bajos, aunque podamos ver pequeñas subidas en el corto plazo.
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