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La navaja de Okham

19/04/2018
 Actualizado a 15/09/2019
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Os he hablado anteriormente de uno de los contrasentidos que se producen en estos días. Hoy, en la época en la que no existen fronteras, en la que la información debería correr como un lebrel por el campo, libre y sin preocupaciones, resulta que es, seguramente, cuando menos sabemos de lo que verdad ocurre. Un ejemplo es lo que nos están vendiendo los ‘medios’ sobre el ataque de los occidentales contra Siria. Un periódico tan progresista y tan límpido como El País, sacó un editorial el pasado domingo que es como querer mear y morir en el intento. Se titulaba ‘Si hay lineas rojas’. De verdad, nunca pensé que alguien pudiera ser más tendencioso. Y al día siguiente pone en primera página un artículo sobre ‘la desinformación rusa del ataque a Siria’. Para hacer esto se tiene que deber mucho dinero a los de siempre, a los que mandan, o no tener vergüenza. Quiero pensarque es lo primero.

Hablemos de Siria. Como consecuencia de las inercias de las ‘primaveras árabes’, (creadas, desarrolladas y fomentadas por los servicios secretos occidentales), en Siria se produjo un movimiento que reclamaba libertad. Pero se fue más allá. Siria es el único país no confesional de todo el oriente medio; el único que admite la libertad de culto, anatema para sus vecinos.Además, en aquel momento, no debía ni un céntimo ni al Banco Mundial ni al Fondo Monetario Internacional. Era, pues, un país rico, con petróleo y recursos suficientes. El presidente había sido elegido en unas elecciones libres con un 75% de los votos. De un día para otro, literalmente, grupos de oposición armados hasta los dientes por los países más retro de la península arábiga, Arabia Saudita y Catar, montan una guerra civil. Al principio, llegaron a aislar Alepo, la segunda ciudad del país con más de cinco millones de habitantes. De un día para otro, lo que da pie a pensar que estaba todo perfectamente organizado y orquestado. Todos pensamos, entonces, que al-Asad, presidente de la nación, tenía los días contados. Pero llegaron los rusos y algo cambió. Al-Asad comenzó a recuperar terreno. Para ganarse a la opinión pública occidental, los servicios secretos británicos crearon dos organizaciones dignas de la mejor ‘agripop’, (agitación y propaganda), comunista. El Observatorio Sirio de derechos humanos, compuesto por un solo hombre y que tiene su sede en un piso de Coventry, y los famosos ‘Cascos Blancos’, fundados por un exsoldado inglés de las fuerzas especiales y pagado por los propios británicos, los americanos y, ¡como no!, los países del golfo. Sus opiniones y sus noticias deberían ser, como poco, puestas en duda.

¿Qué cómo sé todas estas cosas? Hubo una monja misionera argentina, la madre María Guadalupe, (además de otros cientos de relatos de cristianos sirios, sin contar con las interesadas opiniones de Rusia Today, por ejemplo), que por los años 2013 y 2014 las dijo en muchos lugares del mundo. En primer lugar en Barcelona. Es evidente que se le hizo poco o ningún caso. No interesaba; ni interesa.

Y llegó el sábado 7 de abril. Una ciudad, Douma, estaba a punto de ser tomada por las tropas gubernamentales. En realidad, no se tomó porque estaban negociando la rendición de los rebeldes, que abandonaron sus puestos de combate al día siguiente. Según los Cascos Blancos, al-Asad bombardeó un barrio con gas sarín o con cloro y murieron setenta civiles, muchos de ellos niños. No sé si conocéis el «principio de simplicidad», llamado también «la navaja de Ockham». Viene a decir que cuando existen dos respuestas a una pregunta, ambas en igualdad de condiciones, se elige la más simple. Aún concediendo que los árabes en general y los sirios en particular son unos tipos horribles, sedientos de sangre y que no hacen prisioneros, es cuando menos estúpido gasear una ciudad que tienen conquistada sabiendo a lo que se exponen. Y se exponen a lo que sucedió: occidente, el gran y buen occidente, los atacó, porque, según tres gobiernos y muchos medios de comunicación, habían traspasado una línea marcada de rojo.

Con este acto, lo único que han conseguido es dar un poco más de vidilla a los grupos fundamentalistas que no pueden soportar que exista, en el medio oriente, un régimen con connotaciones ligeramente socialistas..., y con una minoría considerable que practica, libremente, una religión distinta a la suya. En cualquier caso, desconfiad de los argumentos de los occidentales: recordad las armas de destrucción masiva que tenía en su poder Sadam Husein y que nunca fueron encontradas.

Bebed, hermanos, y entregaos a locos devaneos. La vida es breve y pensar en la muerte, un desatino. Salud, anarquía y tres cada día.
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