La nada

Si tuvieran que definir en una palabra la gestión de la pandemia, especialmente en esta segunda ola, por las autoridades estatales y autonómicas, ¿cuál utilizarían? Supongo que su mente acaba de llenarse con numerosos adjetivos, mayoritariamente negativos, tales como desastrosa, nefasta o inútil, entre otros muchos más. Si les parece bien, también pueden usar el vocablo, aunque realmente son dos, que yo he elegido: la nada. Si les soy sincera, considero que la mayoría de los ciudadanos, con nuestras pequeñas acciones individuales, hacemos mucho más para evitar contagiarnos o contagiar al resto de la población que los altos cargos con sus grandilocuentes medidas.

En la primera ola, a pesar de que la gestión del Gobierno tuviera numerosas carencias, se intentó primar la salud sobre la economía. En esta segunda ola, continúo sin saber qué están haciendo realmente estos políticos; ya no parece importarles ni la salud ni la economía, solo quedar por encima de los otros y salir lo menos escaldados posible de esta situación; un hecho que ya es imposible gracias a sus bochornosos actos. Por cercanía, aunque bien lo sabrán ustedes porque se comenta todos los días a nivel nacional, les confirmo que las continuas disputas entre Illa y Ayuso, especialmente por las decisiones de esta última en Madrid, están siendo de vergüenza. Por suerte, aquí en Castilla y León, Fernández-Mañueco ha abogado por las medidas sanitarias de IIla, contribuyendo así a crear un clima de cooperación sin tanto egoísmo en el que resulta más sencillo gestionar esta pandemia.

En definitiva, mientras ellos se pasan el día recriminándose todo lo posible y más, los ciudadanos seguimos acatando medidas, algunas de ellas con poco sentido y que no tienen pinta de evitar la propagación del virus, y siendo plenamente conscientes de que la política ya no se hace para el pueblo, sino para su bolsillo. En términos generales y con muy pocas excepciones, si el objetivo de nuestros políticos, tanto de unos como de otros, es mantener una buena imagen y no perder votantes, deberían darse cuenta ya de que sus actos e intervenciones están surtiendo el efecto contrario.