La montaña rusa

10/11/2015
 Actualizado a 07/09/2019
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Llega el otoño, esa estación del año tan nostálgica, las hojas de los árboles se tornan de muchos colores. Con el otoño caen miles de hojas de los frondosos árboles, lo que nos anuncia un largo, frío y oscuro invierno.

Con la llegada del otoño caen las hojas, pero el desempleo de nuestro país no cae a la vez que la hoja, por contra, sube el número de desempleados. Muchos llevan meses lanzando las campanas al vuelo. Nuestro gobierno ha sacado pecho de las buenas cifras del índice de desempleo de estos meses que nos han precedido. Los que hemos sido más cautos, viendo los toros desde la barrera, sabíamos que las cifras del paro del mes de octubre serían malas no, lo siguiente. Y no estábamos desencaminados, porque las cifras del mes de octubre que nos han dado recientemente han sido francamente malas.

No es de extrañar que suceda esto, el juego de la montaña rusa, que sube y baja. Un mes la cifra del paro es relativamente buena y al siguiente es mala de solemnidad. Cosa que los que tenemos cierta lógica podemos entender a pesar de que nos cuenten cuentos. La economía que nos predican ir a velocidad de crucero, es buena para algunos y algunas empresas, pero no se traduce en una mejora para el resto de los mortales, los trabajadores.

Mientras los políticos no entiendan que sus medidas de creación de empleo temporal, precario y parcial sigan siendo las mismas perpetuamente, no generaremos empleo sostenible y de calidad. Será una montaña rusa en la que hoy empleamos a unos pocos por poco tiempo o parcialmente y unos meses después los despedimos. Eso no es generar empleo, eso es jugar con las personas y con las cifras del paro.

No hemos entendido el mensaje de Estados Unidos en estos años de crisis, el mensaje de las medidas expansivas e inversión pública, medidas que les han funcionado mucho mejor que las políticas de Europa de restricción y estrangulamiento de la inversión pública, que solo han generado paro y miseria.
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