La montaña gime también el 1 de mayo

Mari Carmen Mallo
02/05/2021
 Actualizado a 02/05/2021
Por segundo año consecutivo celebramos el 1 de mayo, Día del Trabajo, en el que la memoria nos pasa factura y en el que conviviendo con el covid-19 se han destrozado muchas familias, trabajos y se han producido aún si caben, más desigualdades en esta sociedad que camina por la senda de la brutalidad de los grandes hacia los más indefensos.

Se ha demostrado durante todo este tiempo que el sector primario ha sido y es el sector que una vez más ha dado el “do de pecho” para que hayamos podido subsistir.

Hoy tenemos que reivindicar, como no podría ser de otra manera, que las administraciones tienen que garantizar los derechos sanitarios y sociosanitarios así como los de sus profesionales que durante esta pandemia nos han demostrado su valor y solidaridad, educativos, de los jóvenes emprendedores (ganadería, turismo, pequeñas pymes) el cuidado de mayores, comunicaciones, de todo lo pequeño que hace grande nuestros territorios y que les permita coexistir en igualdad.

“Que nadie olvide que el que no sabe mirar hacia lo pequeño no entenderá jamás lo que significa trabajar en lo grande”. 

Que el poder no os obceque y os haga inútiles y a su vez nos hagáis sentir impotentes.

Recordad también, que vuestra responsabilidad desde los distintos cargos que ocupéis es trabajar por y para las personas que han confiado en vosotr@s y que os mantienen en vuestros respectivos puestos. Es un poco triste que tengamos que recordaros para que estáis ahí y nos hagáis sentirlo en nuestras propias carnes.

Que sepáis y no olvidéis que trabajáis por y para la gente y no para vuestros propios intereses. La política solo sirve para transformar la realidad y yo añadiría “para escuchar y empatizar con los más débiles y necesitados”.

Utiliza el poder que los ciudadan@s te han otorgado para estar cerca de ell@s y resolver sus problemas, aunque te parezcan insignificantes.

Salid de vuestros confortables despachos y no sigáis trasladando normativas incoherentes e inaceptables para estos territorios de montaña que cada vez quedan más atrapados y desvalidos para poder acceder a ese desarrollo sostenible tan cacareado.

Estamos aquí, pero no queremos que nos mires desde arriba, sino que pasees por nuestro territorio y conozcas nuestra realidad sin que nadie te la cuente y escuches el clamor de sus gentes.

Dejad de legislar a nuestras espaldas.

“Mientras tengas causas para luchar por un mundo mejor, merece la pena vivir. los pequeños lo tenemos claro, plantearos los grandes si no os estáis alejando demasiado”.
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