Será a las ocho y media de la tarde cuando los dos grandes protagonistas de la historia, Balbuena y Tejerina, se reunirán con sus vecinos y, de alguna manera, se someterán a su examen. "Para los dos es un día especial, sabíamos que tenía que llegar, nos hacía especial ilusión estrenarla en nuestros pueblos pero no es un estreno más, es diferente, nos toca más de cerca y nos produce cierto nerviosismo saber cómo la recibirán", señala Carlos Balbuena, el director; y Jorge Tejerina incide más en la idea. "Resulta además que se trata de una película coral pese a que yo soy el único actor de la misma. Parece contradictorio pero es así, recuerdo que un día que yo le hacía muchas preguntas a Carlos sobre mi personaje él me dijo:‘Menos es más’. Quiero decir que estoy yo, pero está nuestro pueblo, nuestra comarca, la minería, la memoria, el pasado...".
'Cenizas’ era un viaje a mi memoria infantil, a un valle verde, y me encontré con paro, huelgas, lucha, EREs... Y es que ‘Cenizas’ nació con una idea, un viaje a su memoria en el valle de Carlos Balbuena, y reconoce que la minería, la actualidad, el declive de las minas, fue ganando espacio y protagonismo en la película, en la misma proporción que fue creciendo la figura del protagonista, Jorge Tejerina, no lo olvidemos, minero de profesión antes de ser actor. "Es cierto. La idea inicial era un viaje a mi infancia en mi pueblo, a la memoria de mi abuelo minero, al valle de Gordón. Un viaje a la memoria que no era únicamente minera, pero al ir rodando, al coincidir las fechas de grabación con graves conflictos, al ver de cerca el declive de la mina, que me habían contado pero no lo vivía en directo pues yo vivo en Barcelona, la mina fue ganando protagonismo... Y después Jorge le acabó dando a todo otra dimensión pues no en vano es parte de la minería".
Jorge Tejerina fue minero. El abuelo de Carlos Balbuena también, todavía un cuñado suyo sigue trabajando en la Hullera Vasco Leonesa. Todo ello está en Cenizas, pero bajo su mirada. "Mi visión no deja de ser la de alguien ajeno, la visión del observador, sin ofrecer respuestas. La minería llegó a la película paso a paso, al ir avanzando, y acabó teniendo un peso muy importante, de verdadera protagonista".
La película es triste y dura, pesimista, en ella no hay lugar para la esperanza porque en la realidad tampoco la hay Señalan los dos integrantes de 'Cenizas', el director y el actor, que pese a ese protagonismo de la mina la película está pensada para todo tipo de público, no solo para los conocedores de la problemática minera. De hecho así ha sido en los lugares que lo han proyectado, en festivales como el de Valladolid o en ciudades como Avilés o Madrid. "Incluso nos han sorprendido para bien pues es cierto que en algún momento llegamos a pensar que era una película ‘para nosotros’ pero hemos visto que la gente la acoge, la entiende y la ha valorado. Creo que la gente no tiene conciencia clara de lo que es la minería, de su situación tan preocupante, por eso la reciben con mucho más interés".
Una película ‘diferente’
'Cenizas', que ha sido rodada en blanco y negro y con un solo actor, Tejerina, es definida por sus responsables como una película ‘diferente’. "Es la historia de una zona donde había gente y casi no la hay, donde había trabajo y casi no lo hay, donde había esperanza y ha ido desapareciendo, y eso es duro", explica el actor, mientras el director, Carlos Balbuena, reconoce que "he resdecubierto el valle al ir a rodar. Yo quería viajar a mi infancia, a mis veranos en la comarca, a los recuerdos del abuelo, a un valle verde y con bosques preciosos y me he encontrado montes castigados por los cielos abiertos, huelgas, expedientes de regulación de empleo. Mis recuerdos han seguido el mismo proceso que la minería, incluso los paisajes han seguido el mismo camino de deterioro. Yo lo recuerdo más verde, más vivo, con más gente, y me he encontrado con el drama de las perdidas personales, de vidas, y el drama de la desaparición de bosques y espacios naturales riquísimos. Todo ello ha dado como resultado una película comprometida con la realidad y nuestra contribución al desencanto que se vive en estos momentos con la minería".
Es la historia de un valle donde había gente y casi no la hay, donde había trabajo y casi no lo hay, había futuro... Reconoce Balbuena que la película "nos ha salido pesimista y en ella no hay lugar para la esperanza pues ésa es la realidad que hemos percibido. De hecho el último plano de la película es la definición de esta situación, de desesperanza, una imagen buscada, un plano intencionadamente desolador porque no vemos la luz de esperanza".
Analiza Balbuena las posibles causas que han llevado a este valle a la situación que describe y denuncia. "Estos sistemas capitalistas atroces dejan en el camino a sociedades como éstas, destruidas, sin ninguna esperanza. Me gustaría que la realidad no se consumara así, pero ésa es la realidad que se refleja en la película".
Jorge Tejerina regresa así a su tierra, a la comarca en la que trabajó y donde aún se siente minero. "Las ratas han abandonado el barco y los únicos que siguen estando en el frente son los mineros. Hace más de un siglo que trabajan allí, nuestros abuelos, nuestros padres, nosotros, y ¿ahora qué?Una vez esquilmado todo, ¿qué hacen con nosotros? Pues tirarnos por la borda".
Las ratas han abandonado el barco y han dejado solos a los mineros, una vez que lo han esquilmado todo se van Las citas son este sábado y el domingo, en el Cine Emilia de Ciñera y en la Casa de Cultura de Pola de Gordón. Allí estarán los dos gordoneses que protagonizan Cenizas, dirigida por Carlos Balbuena, de quien el actor Jorge Tejerina afirma con contundencia "que es un verdadero crack, quedaros con su nombre que va a dar mucho que hablar".
De momento ya ha dirigido los cortos 'Un poco de sal para la lubina' (2005) y 'Detalles sórdidos' (2007) y ha creído en él para producir 'Cenizas' nada más que Pere Portabella, que entre las obras que ha hecho posible se encuentra, por ejemplo, 'Viridiana', de Buñuel.