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La metáfora de Notre Dame

23/04/2019
 Actualizado a 17/09/2019
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En este mundo pocas cosas suceden por casualidad, y nos atrevemos a aplicar esto al incendio de la catedral de París. Son de esas noticias que no esperas, pero que te hacen pensar. Ha sido unánime el lamento por lo ocurrido. Casi todos han dicho que se trata de un símbolo cultural muy importante para Francia y para Europa. Pero esto es solo una verdad a medias. ¿Por qué no se atreven a decir que ante todo es un referente del cristianismo? Los que construían las catedrales no buscaban hacer una obra de arte más, obsesionados por el desarrollo de la cultura. Lo hacían desde la fe, como un canto a la gloria de Dios, sabiendo que quienes la iniciaban no iban a ver el final.

Si las catedrales son bellas, mucho más bella es la fe que las ha inspirado, la fe que mueve montañas y también toneladas y toneladas de piedra tan bien organizada. Por eso tan triste como la posible destrucción de un edificio como éste es la pérdida de la fe. Si el incendio de Notre Dame nos preocupa, no es menos preocupante la decadente situación cristiana europea y española. Lo sucedido en París es una metáfora de lo que está sucediendo con el abandono de la fe. La caída de la aguja de cien metros apuntando al cielo simboliza a esas grandes mayorías de hombres y mujeres que han dejado de mirar al cielo. Mucha gente piensa esto mismo.

En este momento ignoro cómo surgió la desgracia. Parece ser que ha sido algo involuntario. Sin embargo no han faltado malvados como Hitler cuyo deseo era destruirla. Pero son peores los enemigos de la iglesia de piedras vivas. Y aquí nos viene a la memoria el expresidente de la República Francesa, Valery Giscard d’Estaing, pirómano espiritual, que cuando le encomendaron participar en la confección de la Constitución Europea no quiso que en el preámbulo se hablara del cristianismo como fundamento de Europa. ¡Qué diferencia tan abismal con los padres de la Unión Europea, Schumann, De Gasperi, Adenauer… cristianos ejemplares!

Si la reconstrucción de Notre Dame, que no podemos eludir, aunque no falten voces demagógicas, como la de Judas, que digan que es mejor dar el dinero a los pobres, nos ayudara a entender la necesidad de la reconstrucción espiritual de esta Europa descreída, de ésta triste noticia se podrían sacar consecuencias muy positivas. En Sri Lanka queman los templos y matan a los cristianos. Hoy día la religión más perseguida del mundo es la cristiana. Lo sentimos de veras, pero también nos consuela pensar que los enemigos de la cruz no conseguirán destruir su fe.
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