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La meseta inmutable

17/02/2019
 Actualizado a 13/09/2019
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Castilla y León es la réplica ‘popular’ de la Andalucía socialista. En el Guadalquivir el PSOE resistió 36 años en el poder, y en nuestra autonomía si vuelven a gobernar los populares, como parece muy previsible, habremos empatado el impresionante récord andaluz. Solo los cuarentones que tenían interés por la política en su adolescencia, y las personas más mayores pueden recordar los tiempos del precario cuatrienio en que nuestra autonomía contó con presidentes socialistas. El túnel del tiempo.

La higiene democrática casa mal con que los gobiernos de un mismo color político se perpetúen década tras década. Pero, eso, claro, lo deciden libremente los ciudadanos. Y los castellanos viejos y los leoneses han votado que el PP lleve en el poder un tercio de siglo. ¿Podrán cambiar las cosas en los comicios de mayo? Pues parece que no. Salvo que Ciudadanos saque un gran resultado y, además, prefiera unirse al PSOE antes que al PP. Si en mayo vuelve a gobernar la derecha, habremos igualado el récord andaluz y con serias posibilidades de alcanzar el primer puesto del podio en las elecciones de 2023.

¿Y por qué son tan conservadoras las nueve provincias castellanas viejas y leonesas mutiladas de Cantabria y la Rioja? ¿Tal vez porque constituyen el núcleo fundacional de España, como bien han señalado los sabios en historia y geopolítica? ¿O es porque nuestra comunidad, tan extensa como Portugal pero poblada solo por 2,5 millones de habitantes, frente a los 11 de Lusitania, está cada vez más envejecida? Allá los sociólogos y los politólogos, pero lo más probable es que esta vez tampoco arrojen cambios las urnas cercanas. Una conjetura que se ve favorecida por el muy previsible hundimiento de Podemos. Y por la eclosión de Vox. Añádase a ello el espíritu ahorrativo de la ciudadanía y no olvidemos el sello rural de buena parte del electorado.

¿Tiene eso mucha importancia? Pues la verdad es que tampoco tanta. Porque, gobierne quien gobierne, las autonomías gestionan la educación, la sanidad, los servicios sociales y las infraestructuras, y ahí la ideología no pinta mucho dado que las grandes normas son estatales. Importa la eficacia, el rigor y la calidad en el servicio, y en eso no estamos en la cola. Mientras tanto, la autonomía sigue despoblándose. Y ahí los leoneses de región tenemos mucho que lamentar. Porque León, Zamora, Salamanca y Ponferrada están entre las ciudades españolas que más vecinos pierden. Gobierne quien gobierne, la desbandada continuará.
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