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La memoria de Annie

08/10/2022
 Actualizado a 08/10/2022
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Los abuelos, los padres del padre de Annie, vivían en una casa con suelo de tierra batida y techo de caña. Tenían cinco hijos. El abuelo no había podido aprender a leer ni a escribir y lo que más le enfadaba era ver a alguien en casa leyendo un libro o un periódico.

El abuelo de Annie empezó a trabajar con ocho años. Era carretero en la granja de un pueblo de la región normanda del País de Caux y trabajaba en la siega y en la recogida de las cosechas.

El padre de Annie se avergonzaba de hablar ‘patois’, que había sido la única lengua de sus padres. El patois era un «signo de inferioridad» y el padre estaba orgulloso de hablar francés, aunque su francés no fuera muy bueno. Por eso, si estaba con alguien con estudios, hablaba poco y con precaución, «con un miedo indecible a la palabra equivocada, porque causaba tan mal efecto como dejar escapar un pedo».

Annie, de niña, se esforzaba mucho por hablar bien y cuando la profesora la corregía en el colegio, ella volvía a casa y corregía a su padre. Entonces él se disgustaba y ella lloraba. Muchos años después escribiría: «Todo lo que tiene que ver con el lenguaje es, en mi recuerdo, motivo de resentimiento y de discusiones dolorosas, mucho más que lo relacionado con el dinero».

Y ésta, la niña que se avergonzaba de hablar mal, la nieta de un campesino analfabeto, la hija de tenderos, es la mujer llamada Annie Ernaux que acaba de recibir el Premio Nobel de Literatura.

Los que han leído a Ernaux, especialmente ‘El lugar’, de momento mi favorito entre sus libros, entenderán bien por qué una de las primeras cosas que les dijo a los periodistas tras el anuncio del premio fue que representa algo inmenso «en nombre de aquellos de quien provengo» y que alguna vez había dicho que quería «vengar a mi raza» y ha acabado haciéndolo con las palabras. La rabia es un motor literario en Ernaux y sabe usarla muy bien, con frialdad e inteligencia extraordinarias.

En ‘El lugar’, Ernaux habla de «una memoria humillada». Esa memoria acaba de recibir un gran reconocimiento. Y muchos lo celebramos.
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