La mejor campaña posible

22/01/2021
 Actualizado a 22/01/2021
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En EEUU, cuando llegó la primera vacuna contra el coronavirus, expresidentes como Obama, Clinton o Bush se ofrecieron a ponérsela ante las cámaras, algo que finalmente sí hizo Biden, para generar confianza en la población.

Aquí no hubo intentos de ese circo, diría que afortunadamente porque ya me imagino un especial de ‘Sálvame’ oprogramas de este estilo ofreciéndolo, pero nuestros altos cargos han ejercido la mejor campaña posible para que los más escépticos se la pongan.

Ni derrochando miles de euros en publicidad hubieras conseguido una tan buena como es ver cómo, uno tras otro, van saliendo casos de políticos y sucedáneos que en los últimos días se han saltado el orden de la vacuna para ponérsela ellos. En los días iniciales, antes de inocularse en los primeros pacientes, nadie se la saltaba, pero ahora... la barra libre ha comenzado.

No es nada que sorprenda en este país, en el que todo el mundo cree que las medidas que le afectan no sirven de nada y son injustas, y quien más se queja de otros acostumbra a ser el que menos cumple las que a él le corresponden.

Casi un año después, increíblemente, la concienciación aún no ha llegado por completo. Quizá lo que ha pasado con la Cultural esta semana le sirva a alguno para darse cuenta de que una medida que muchos se saltan a la torera, la de aislarte tras ser contacto estrecho de un positivo aunque des inicialmente negativo y no tengas síntomas, no es ninguna tontería. Recapitulando, hubo un brote en la primera plantilla con siete positivos en la semana previa al partido con el Marino y, una semana después, dos más han dado positivo.

Capítulo aparte e independientemente de si se originó ahí es el hecho de si, en la situación actual, con equipos de Primera y Segunda acortando al máximo los tiempos juntos en viajes y concentraciones, era necesario ir el día antes a dormir a Asturias para un desplazamiento de menos de dos horas. Y no vale de excusa Filomena, que las previsiones metereológicas dejaban claro que en esa sí evitábamos la gran nevada que ya nos ha había traído Bella. Sí, esa que como no ocurrió en Madrid para muchos no existe.
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