Algunos aprovechan Twitter para descargar su ira desde el anonimato; otros, para despotricar contra sus compañeros de partido. Tampoco faltan presidentes de gobiernos de países que tuitean la primera barbaridad que se les ocurre, e incluso quienes aprovechan los 140 caracteres para ‘meter ficha’ a todo el que tengan oportunidad, por si cuela. Pero en esta red social también a veces encuentra uno historias corrientes tan entrañables que –por alucinantes– parecen pura ficción. Y éste es el caso...Benedicto no quería desaprovechar las postales que le quedaban y envió una a Rajoy, a quien recomendó cambiar su postura corporal Una noche, ojeando las noticias de la jornada y las ocurrencias de la gente (porque otra cosa no, pero en Twitter abunda el ingenio y el humor fino con cualquier tema de actualidad o no), topé con una de las de historias más maravillosas y tiernas de mi periplo tuitero. Una historia lindísima contada con mucho arte por la hija de Benedicto, un masajista leonés –ahora afincado en Bilbao– que mandó una de las postales navideñas que le sobraron este año al mismísimo presidente del Gobierno.En uno de esos eternos ‘hilos’ de Twitter, contaba su hija –la tuitera @biscayenne, cuyas pinceladas gastronómicas nunca tienen desperdicio– que acababa de enterarse por su padre de una anécdota épica de la familia: que le sobraron postales y que le envió una a Mariano Rajoy, así, directamente a La Moncloa, sin más. Y ya puestos, además de felicitar las pascuas al jefe del Ejecutivo, este jubilado leonés que continúa dando masajes y terapia postural de vez en cuando aprovechó para meter en el sobre su tarjeta de visita, explicándole en ella a Mariano Rajoy, con todo el cariño, los problemas que le detecta: «que va muy encogido y eso es muy malo para la espalda».
Pero la hilarante historia no quedó ahí, ni mucho menos. Poco después, el señor Benedicto recibe en su domicilio una carta. ¿De quién? El remitente, el presidente del Gobierno, esta vez con toda la dirección de La Moncloa detallada. Para darle las gracias por su felicitación y sus consejos. ¿Se imaginan la cara de estupor de Benedicto? ¿Y la de su hija al escuchar el historión y ver el gesto sereno de su padre? La historia no quedó ahí. Porque cuenta @biscayenne que un día, antes de llegar la misiva, Benedicto salió a hacer unos recados, dejando en casa sola a su mujer. La madre de la tuitera, contaba ella días después, padece una enfermedad degenerativa de pérdida de memoria y no se acuerda de las cosas, «así que apunta quién ha llamado, para que sepamos».
Aquel día en que Benedicto se ausentó un ratín, al regresar a casa encontró un post-it en la cocina que ponía «Ha llamado Mariano».
– ¿Hablaste con Rajoy?, preguntó @biscayenne a su amatxu.
–No sé, pues igual...
Tras relatar la historia en Twitter, ya se pueden imaginar que desató miles de comentarios. Todos los tuiteros querían saber. ¿Fue Rajoy? ¿Era él quién llamó? Benedicto no conoce a ningún Mariano y cree a pies juntillas que el presidente del Gobierno quien llamó y habló con su mujer, aunque ella ya no se acuerde.
Muchos cientos de tuiteros, etiquetando a @marianorajoy en sus mensajes, han pedido al presidente que confirme si llamó o no... De momento, nada.
Y aunque el masajista leonés y su familia están abrumados por tanto revuelo, lo cierto es que Rajoy ha hecho ‘follow’ a @biscayenne y le mandó un cariñoso mensaje. Eso sí, sin aclarar el asunto de la llamada. ¿Llamó Rajoy a Benedicto? El detalle sería «súper riquiño», como dijo @biscayenne.
Presidente, no nos sea gallego: o sí, o no... pero diga algo. ¿Llamó usted?