La máquina está procesando

28/01/2021
 Actualizado a 28/01/2021
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Los dueños de las zapatillas, sandalias, chirucas, botas, chanclas o vaya usted a saber siguen a lo suyo, observando el espectáculo deportivo, cultural o de ver la vida pasar, que cada vez es más espectáculo, y el perro permanece tranquilo a lo suyo, a procesar datos, a meterlos en ese ordenador sin cables que es su cerebro y que después le permite hacer cosas que se nos antojan imposibles, que calificamos erróneamente de humanas cuando lo que queremos decir debe ser inteligentes, que no siempre es lo mismo, ni mucho menos.

En esas listas de final de año de todo tipo de circunstancias de los 12 meses que se han ido un periódico nacional preguntó a sus lectores por la noticia que recordaban, la que más les había impactado, la que habían guardado en su memoria con mejor sabor de boca. Y ganó, de largo, sin ningún lugar a dudas, la que había protagonizado un perro de una familia de emigrantes asturianos en Bélgica. Regresaron de vacaciones, dejaron a su perro allí al cuidado de sus vecinos que les avisaron con enorme disgusto de que el perro había desaparecido...

Pasaron un par de semanas y una mañana escucharon ladridos en la puerta de su casa de Gijón, abrieron y allí estaba su perro ¿Cómo había hecho el camino?, ¿qué huellas siguió?, ¿cómo era posible?...

Imagina la cantidad de datos que procesó, la cantidad de mapas que acumuló en su ordenador cuando parecía despistado, a otra cosa, ido.
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