La mano es lo que importa

03/12/2019
 Actualizado a 03/12/2019
03-12-2019-a-la-contra.jpg
03-12-2019-a-la-contra.jpg
Que no te deslumbren los destellos de la tela, el milagro lo harán las manos, la magia está en la sabiduría que atesoran para fruncir, zurcir, hilvanar, tejer, coser... y mil historias más que forman parte del palabrero que vive tranquilo en el desván.

No hacen falta telas de algodón, terciopelo o satén... lo que se hace imprescindible es el buen hacer de las manos que las colocan, lucen y disimulan las cicatrices del tiempo que llevan en los rincones oscuros de las casas, que pasaron de generación en generación, de ajuar en ajuar.

Resulta increíble ver cómo se transforman sábanas y colchas, alfombras y toallas, manteles y cojines en un maravilloso altar lleno de variedad y enredaderas de colores, donde un roto es tapado con flores, un descosido con estampados y hasta viejas fotografías se asoman por los rincones en los que la luz entra por los huecos sin coser.

Admira viejas fotografías de fiestas profanas o religiosas de cualquier pueblo, quédate con la belleza de la estampa, pero después piensa en la urdimbre y trama que las une y entenderás el mérito de las manos que mecen la belleza.

Es una lección para no olvidar ver cómo desmontan el altar y te darás cuenta de cómo un lugar sagrado es la suma de manos seculares que guardan en sus venas el secreto de cómo construir la belleza.
Lo más leído