victor-velez.jpg

¿La manguera dónde está?

12/03/2020
 Actualizado a 12/03/2020
Guardar
Un solar. Cada día que levanto la persiana de la cocina sigo sin acostumbrarme a ese nuevo paisaje con dos vacíos donde siempre hubo dos viviendas. Hace justo un año que un incendio doméstico cambió las vistas de mi casa de Almanza. Por supuesto que mis vecinos no fueron los primeros en sentirse desamparados ante la violencia del fuego. Tampoco los últimos. Una joven pareja que perdió su nuevo hogar en Velilla de Valderaduey lo sabe. En la carpintería y en el bar de Morgovejo, también.

Burón, Peñalba de Santiago, Prioro, San Feliz de las Lavanderas, Solana de Fenar, Los Llanos de Valdeón… En el último año la lista es larga y el denominador común: el Servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamento (Sepeis) prometido para el medio rural de la provincia continúa sin existir. El engranaje que debe poner en marcha los parques comarcales de bomberos sigue sin arrancar. La puesta a punto no ha venido ni con la Diputación de antes ni con la de ahora. Un apaño que, incomprensiblemente, no llega ni con el dinero ni con las intenciones. Ni con supuestos ingenieros ni con presuntos mecánicos.

Tan solo cuando Santa Bárbara truena por aquellos a quienes el fuego robó todo nos acordamos de que no existe ‘precio amigo’ para compensar tantos años de retrasos. La respuesta efectiva a los incendios en los pueblos de la provincia continúa eternizándose en un taller del Palacio de los Guzmanes que a veces recurre al típico: «las piezas están pedidas, a ver cuándo me llegan». Se lo adelanto, si quien las tiene que enviar es la Junta tardarán y si es a León todavía más. Por encima de todo, se encuentra lo prioritario de la avería y la Diputación debe culminar para antes de ayer el proyecto que más ha vendido a bombo y platillo.

Mientras tanto, La Baña seguirá en el quinto coño y Boca de Huérgano donde Cristo perdió la chancla. Y es que la lucha contra el fuego ejemplifica como nada la impotencia de los vecinos del León más abandonado. Los mismos que recurren a heroicas hacenderas cada vez que necesitan reducir su distancia hasta la ciudad y que, corriendo de un lado para otro, se preguntan: «¿La manguera dónde está? ¿Dónde estará la escalera?».
Lo más leído