La maga que hizo un truco en la barriga de su madre

Fue la primera mujer con carné de maga en España; recorrió medio mundo con el circo y un día vino a descansar al Órbigo y "me enamoré de este río". Compró a su orilla casa, en Veguellina murió hace 10 años y ahora se cumplen 80 de aquel primer carné

Fulgencio Fernández
27/12/2020
 Actualizado a 27/12/2020
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Mientras se celebra el Festival Internacional de Magia de León parece oportuno recordar que una leonesa por decisión propia fue la primera mujer con carnet de maga en España, además en este 2020 se cumplen 10 años de su muerte y en pocas semanas hará 80 años que logró aquel carnet de ilusionista con el número 1. Se llamaba Manuela Rejas y sus cenizas viajan por el Órbigo.

Pero al margen de coincidencias de fechas, siempre tan socorridas, la primera razón para mirar hacia la biografía de Manuela es que fue una mujer extraordinaria, tan única como la explicación que daba para haberse hecho leonesa, para quedarse a vivir y morir en esta tierra: «Me enamoré del río Órbigo».

Y allí se quedó. Con la puerta siempre abierta de su casa. Con el carnet de maga en un cuadro de la pared al lado de un calendario con espacio para apuntar, en un lado las pastillas que debía tomar —superó un cáncer y 13 operaciones— y de otro las actuaciones que siguió haciendo mientras tuvo un gramo de fuerzas. Acudía —de forma altruista—a las residencias de ancianos de la comarca, a los pueblos cercanos, allí donde la llamaran. «Les hago números de magia, cosas de cartas, les cuento historias, les leo cosas que he escrito. Les alegro la tarde, que yo he pasado mucho pero no voy a amargar a nadie con mis males. Eso es el circo, amigos».

Y así se fue, sin amargar la vida a nadie y fiel a esa filosofía del circo, «en el que también fui payasa y lo seguiré siendo toda la vida, pues es el oficio más bello;pero en el circo hice de todo, vendía rifas de niña para estar en la carpa y también hice mentalismo y telepatía».

- ¿Y cómo fue lo de ser la primera mujerilusionista o maga de España?
- Porque a las mujeres no nos daban el carnet de nada y sólo tenía 16 años.
- Pero te lo dieron.
- Por cabezona. Como era mujer, se empeñaban en que no fuera la ilusionista, que saliera de ayudante de un hombre, pero me negué, yo era la que pensaba los números, los estudiaba, y yo sería quien los protagonizaba ante los espectadores. Tuvieron que ceder pues yo siempre he sido libre, lo que se me metía en la cabeza no paraba hasta que lo conseguía, con Franco o sin él.

Acababa de nacer ‘La maga Violeta’, que ése era su nombre artístico y actuaba con un ‘baúl americano’ cargado de sueños, aunque en tiempos realmente difíciles. «Fui muy feliz, aunque comer cada día era una batalla, pero como para tantos españoles que buscaban en nuestros espectáculos dos horas sin acordarse de sus problemas, y nosotros trabajábamos olvidando los nuestros. Eso es el circo, porque las gentes que realmente sentimos el circo hemos nacido para hacer felices a los demás y esa sigue siendo mi ilusión». Aunque se pone seria cuando recuerda que «actuábamos un pueblo por delante de donde nos perseguía la guardia civil, porque nos habían puesto la etiqueta de rojos y eso era muy duro... Los que habéis nacido después de aquellos años no os podéis imaginar lo que fue aquello. Sólo pido que no lo pase nadie, por nada del mundo, jamás».

- El carnet es del año 21 pero ¿desde cuándo eres n?
- Desde antes de nacer. Mi padre quería un niño pero yo hice mi primer truco y nací mujer, maga.
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