La luz como esencia de su quehacer fotográfico

José Ramón Cuervo-Arango inaugura este sábado a las 12:00 horas en el Centro Leonés de Arte la muestra ‘Mi paisaje’, que podrá visitarse hasta principios del mes de abril y reúne casi un centenar de fotografías analógicas en blanco y negro

Luis García Martínez
08/02/2020
 Actualizado a 08/02/2020
El fotógrafo José Ramón Cuervo-Arango fotografiado en el montaje de la exposición del CLA. | VICENTE GARCÍA
El fotógrafo José Ramón Cuervo-Arango fotografiado en el montaje de la exposición del CLA. | VICENTE GARCÍA
La exposición fotográfica ‘Mi paisaje’ da título significativo y vivencial a una selección sintética pero estructural, integrada por casi cien magníficas obras analógicas en blanco y negro, de pequeño formato, positivadas por el propio artista que supone una escueta pero espléndida reseña retrospectiva de la amplia trayectoria fotográfica de unos cuarenta años del singular creador asturiano José Ramón Cuervo-Arango. Una muestra que plantea al mismo tiempo una visión aproximativa de la significativa aportación de este fotógrafo al panorama actual de la fotografía española.

José Ramón Cuervo-Arango nace en Gijón en 1947, ciudad en pleno desarrollo económico y motor industrial de Asturias. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el emblemático Colegio de la Inmaculada Concepción dirigido por los jesuitas, posteriormente en 1965 decide estudiar medicina en Salamanca, hecho que le supuso el contacto directo con un ambiente intelectual y cultural de máxima efervescencia y libertad, facilitándole el descubrimiento de otras realidades. José Ramón Cuervo-Arango es un caso más de entre muchísimos fotógrafos de su generación, que sus orígenes no están en la tradición familiar ni en el ámbito académico ni educativo de la fotografía, puesto que profesionalmente se convirtió pronto en un destacado médico que mantuvo en paralelo su carrera laboral con su gran pasión, la fotografía creativa con un cierto componente documental. Su interés por este medio artístico se inicia de joven cuando compró en 1970 su primera cámara fotográfica, comenzando en solitario un proceso lento, largo y complejo de formación e investigación autodidacta, en un medio tan sofisticado y difícil, en el cual por un lado los medios técnicos o herramientas eran y en cierto modo siguen siendo fundamentales, a pesar de los tremendos avances actuales de la tecnología, pero también los conocimientos técnicos, que en realidad son la clave esencial para facilitar la consecución del objetivo o la idea creativa que se persigue.

En 1980 conoció casualmente en Barcelona a un destacado creador, Aaron Siskind (Nueva York 1903- Rhode Island 1991), en esos años un conocido y prestigioso fotógrafo americano, que había sido miembro de la Photo League y al mismo tiempo un destacado investigador de la vertiente más artística y experimental de la fotográfica. Este hecho coincidió con la decisión de José Ramón Cuervo-Arango de empezar a exponer públicamente sus trabajos fotográficos. En estos inicios de los años ochenta intensifica su actividad fotográfica y se integra en el equipo de la revista PhotoVision, participando anualmente en los importantes Encuentros de Arlés (Francia). Comienza a vender su obra a importantes instituciones especializadas en el coleccionismo fotográfico internacional, como la Biblioteca Nacional de Francia y la FNAC, siendo frecuente la incorporación de sus fotografías en destacadas publicaciones como Nueva Lente o Arte Fotográfico, al mismo tiempo que son expuestas  en significativos muesos y centros expositivos.En los inicios de los años ochenta se puede considerar y afirmar que José Ramón Cuervo-Arango consolida su trayectoria y se convierte en uno de los nombres indiscutibles e imprescindibles del panorama creativa de la fotografía local, cuya proyección se extiende más allá del ámbito asturiano y nacional. En este sentido, su obra está presente en importantes colecciones de todo el mundo, la Bibibliothèque Nationale de París, el Musée Nacionale d’Art Moderne Centre Pompidou (París), el Fotografie Forum Frankfurt am Main, el Centro Studi e Archivio della Comunicazione (Universidad de Parma), la Manfred Heiting Collection (Museum of Fine Art, Houston), la Biblioteca Nacional (Madrid), Colección Forum Tarragona, Colección Spectrum Zaragoza,  así como en instituciones y colecciones asturianas tales como el Museo Jovellanos (Gijón), la Fundación Princesa de Asturias, la Junta General del Principado, el Museo de Bellas Artes de Asturias o La Fundación Museo Evaristo Valle de Gijón, éstos son sólo algunos de los muchos museos y centros que cuentan en la actualidad con la personal obra de este autor.José Ramón Cuervo-Arango a finales de la década de los setenta, se puede afirmar que encuentra, concreta y define claramente su propio lenguaje fotográfico y expresivo, tomando como punto de partida uno de los elementos esenciales y definitorios de la fotografía, la luz, componente germinal en el cual centrará gran parte de sus investigaciones y propuestas artísticas. La interpretación de la luz, verdadera creadora de la imagen, según reconoce el fotógrafo, se convirtió y sigue siendo en la actualidad la esencia de su quehacer fotográfico. La problemática de la incidencia de la luz en la realidad y como ésta se puede reflejar, capturar y posteriormente trasladar y positivar al soporte papel, nos permite profundizar en la percepción de la misma, incorporando matices de gran belleza plástica plena de variaciones sutiles y delicadas que nos permiten descubrir o descifrar un mundo misterioso y mágico que trasciende a la propia realidad por medio de la visión subjetiva del fotógrafo. Imágenes tremendamente sencillas, concretas y próximas que muestran composiciones perfectamente equilibradas, pero que son de gran complejidad técnica en su configuración, centradas fundamentalmente en la naturaleza. La naturaleza supone una fuente inagotable de inspiración, repleta de significado, misterio y al mismo tiempo disfrute. A través de ella y, por supuesto su captación fotográfica, el artista logra ya no sólo mostrar sus emociones sino, sobre todo, darle forma a las mismas.

Como muy bien indica José Ramón Cuervo-Arango a diferencia de muchos fotógrafos actualmente que trabajan en proyectos concretos específicos o series temáticas: «Todas esas fotografías son obras independientes en sí mismas y no se adscriben a series o a etapas, son simplemente momentos únicos y mágicos captados en negativo y pasados con mimo infinito al papel».

Una muestra de gran interés en la que el espectador podrá descubrir o reencontrarse con las claves esenciales de la fotografía más clásica a través de una visión plenamente contemporánea.
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