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La, la, la ¿se entiende?

05/07/2015
 Actualizado a 18/09/2019
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Cómo echamos de menos a los aborígenes autóctonos de la ruralidad rural en estos días que empiezan a llegar los herederos de aquellos veraneantes que hoy son turismo rural. Es que¡ay amigo! en el epígrafe de turismo rural de Castilla y León es Vida hay más figuras de protección que policías locales le van a poner a la concejala Torres Sevilla y Quiñones de León y del Santo Grial cuando vaya a hablar en público y se cuele por el hueco de las cortinas el azote Taranilla para increpar.

O cuando vea Herrera llegar a un sainete a mayor gloria suya al minero Blanco, que también tiene raza de la zona, que para eso es nieto de Mariano El Vasco y de Martina, que era la única que defendía a Massiel cuando ganó Eurovisión, «porque la canción era mala, pero se entendía».

Yes que la ruralidad es de natural increpante, tirando a desplicente y cómoda. Por ejemplo, el jubilado Sidoro, del añorado bar casa Isidoro, esperaba como agua de mayo a los primeros veraneantes para darles madera.

- ¿Me haces un café con hielo?

- No, toma un café, y vuelves en diciembre, si te sigue apeteciendo el hielo me lo dices. Y si no te parece bien toma un euro y vete a tocar los cojones ribera abajo, que no dejarán de hacer caso.

Yes que Sidoro era maniego para lo del café con hielo. Menos mal que subía Silvia de la peluquería y deshacía el entuerto porque si no te digo yo que hubiéramos salido en las crónicas de la España profunda un par de veces o varias.
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