Castilla y León es, según señaló el consejero, “uno de los núcleos más importantes de patrimonio natural de Europa”, donde el 18 por ciento del territorio está catalogado como Red Natura 2000, mientras que en la comunidad “una cuarta parte es Red Natura 2000”, con 2,46 millones de hectáreas, lo que supone “más que la mayoría de los países de los 27, ya que solo ocho países la superan”, lo que “asemeja su importancia a una nación”.
En Castilla y León el hombre tuvo presencia muy pronto, lo que “ha supuesto una degradación de los ecosistemas”, ya que “su acción ha supuesto un cambio permanente por su adaptación para las necesidades del hombre”.
Ante esta situación, Suárez-Quiñones abogó por un análisis en el que esté presente la sostenibilidad “para que exista un equilibrio inexistente a lo largo de la historia”. Un uso sostenible que requiere de “cambiar el paso” para “aprovechar los recursos del medio natural con prudencia para evitar la degradación del entorno y la desaparición de especies”.
En este sentido, apuntó que estas políticas “requieren de un paso más firme en Castilla y León”, que ha mantenido “una política muy importante de repoblación” que ha permitido repoblar a lo largo de la historia medio millón de hectáreas, lo que supone más de 700 millones de árboles, o lo que es lo mismo “una cuarta parte del objetivo europeo hasta el año 2030”.
“La repoblación conlleva la mejora de las especies ligadas, como el lobo, el oso o el buitre imperial”, destacó Quiñones, quien aprovechó esta circunstancia para pedir a las administraciones “respeto a todo este bagaje y experiencia” también para “el control y gestión del lobo”.
Castilla y León tiene en estos momentos dos millones de hectáreas desarboladas en las que “hay que actuar” porque “es donde se encuentra la ganadería extensiva”, para lo que “se ha hecho una importante actuación con ayudas a los desbroces y actividad”, lo que ha permitido “mejorar su productividad”. De igual manera, se ha trabajado en “un conjunto de actuaciones en diferentes zonas que se culmina con la restauración de las 1.900 escombreras existentes”.
Una actividad que se ha llevado a cabo en “colaboración con todas las administraciones con fondos tanto de la Junta como europeos, nacionales, fondos de cooperación” y para la que también ha sido importante la colaboración de las organizaciones que se han movilizado para buscar intereses generales” y las empresas que “cada vez más se incorporan a la responsabilidad social corporativa de la conservación”.
Plan hábitat
El consejero de Fomento y Medio Ambiente aseguró este viernes en León que el Gobierno autonómico trabaja en diferentes planes de futuro ligados a la mejora de los ecosistemas. En este sentido, expuso que se trabaja “con todos los sectores afectados” para poner en marcha el Plan Sectorial Hábitat “para que la madera vuelva a ser protagonista de la constitución, al ser un elemento totalmente renovable”.
Asimismo, Castilla y León acaba de ganar proyecto europeo con la colaboración de 35 socios y un presupuesto de 32 millones de euros que está orientado a recuperar los hábitats del oso pardo, “un objetivo muy importante de Castilla y León y para que se ha trabajado junto con Asturias y Cantabria para unificar territorios inconexos”.
De igual manera, solicitó que el 18 por ciento de los fondos del Plan Europeo de Recuperación, Transformación y Resiliencia lleguen a Castilla y León para utilizarlos para la restauración de ecosistemas. Suárez-Quiñones también depositó sus esperanzas el nuevo Programa de Desarrollo Rural y la nueva Política Agrícola Común, para lo que se está “trabajando y negociando con el Gobierno de España para trabajar por la superficie forestal y biodiversidad”.
Finalmente, el consejero de Fomento y Medio Ambiente apostó por seguir trabajando dentro de la Estrategia Europea de Biodiversidad y la repoblación hasta recuperar las 12.000 hectáreas al año, una cifra que “no se han alcanzado en los últimos años”.