25/02/2018
 Actualizado a 19/09/2019
Guardar
Rondan los diez millones, tienen derecho a votar y están muy cabreados. La cifra de jubilados en España irá en aumento durante los próximos años, su ira, de no aclararse el futuro de las pensiones, la verán ustedes extenderse por plazas, barrios y sedes parlamentarias. Este movimiento, comparado con aquel de los indignados o también llamado del 15-M, tendrá una onda expansiva impredecible, inaudita e inédita. Por fin un bloque de españoles, con distintas procedencias, ideologías y oficios, ocupará la calle para asegurar sus catorce pagas tras más de cuatro décadas trabajando los más afortunados. El resto son viudas, huérfanos, enfermos, dependientes y algún jeta, para no variar. Los sucesivos gobiernos, tanto socialistas como populares, han olvidado que con las ‘cosas del comer’ no se juega. Tan preocupado anda Mariano con la inminente revuelta social que recomienda algún producto financiero "que sirva como complemento de la pensión". Pongo de ejemplo a Trinidad Martínez (León, 1916) que va camino de batir algún récord de longevidad con salud de hierro y trescientos euros mensuales de nómina. Espero encontrarme en el mencionado bloque de protesta con una facción integrada por un buen número de nietos dispuestos a defender la cartilla de nuestras abuelas. Siento ser un subversivo, pero no me veo acompañando a la matriarca del clan a una entidad bancaria para que nos la vuelvan a meter doblada. ¿Cómo, cuándo, dónde, quién y por qué se agotó el fondo que garantizaba la vejez de nuestros mayores? Las cinco preguntas que nos enseñaron en primero de Periodismo y que todavía nadie ha contestado en este país de pandereta. Ha llegado la hora de cambiar el rumbo antes de estrellarnos. Propongo una hoja de ruta, habrá muchas más, sumemos ideas y votemos, al menos, las líneas rojas del mencionado movimiento: las pensiones no se tocan, se aseguran y con un método justo de cálculo, se incrementan hasta garantizar el verdadero acceso al Estado del Bienestar. Ni esos diez millones de jubilados, ni los actuales cotizantes somos culpables de este descosido. Reclamen si acaso al flamante vicepresidente del Banco Central Europeo, Luis de Guindos, quien definió el rescate a España en 2012 como una "línea de crédito en condiciones favorables, sin coste para los contribuyentes". Postdata: Ilustraré esta columna en Twitter, a modo de homenaje, con una viñeta de Forges en la que dibujaba a un jubilado en un mostrador dedicado a ‘Denuncias de atracos’. Por si quieren hacer RT : )
Lo más leído