La ilustración toma el centro de León

La Concejalía de Acción y Promoción Cultural del Ayuntamiento de León promueve en este verano varias actividades culturales dentro del FCP con artistas leoneses, y la ilustración se puede contemplar en el patio del IES Juan del Enzina acompañando a las actuaciones

Vicente García
17/08/2021
 Actualizado a 17/08/2021
Seis de los artistas participantes junto al coordinador del proyecto Pablo Martínez en el patio del IES Juan del Enzina. | VICENTE GARCÍA
Seis de los artistas participantes junto al coordinador del proyecto Pablo Martínez en el patio del IES Juan del Enzina. | VICENTE GARCÍA
Hablar de ilustración es hablar de una especialidad artística que ha cambiado y se ha potenciado desde sus comienzos hasta ahora debido a que en la mayor parte de envases, periódicos, libros, objetos, anuncios y demás casi siempre hay alguna ilustración. Y ellos, los profesionales, son quienes se dedican a hacer un trabajo callado que en muchas ocasiones no se valora como debiera por la sociedad.

Para hacer visible su actividad, dentro del FCP y patrocinados por la Concejalía de Acción y Promoción Cultural del Ayuntamiento de León presentan esta exposición en la que participan sobre todo miembros de la asociación la PILA, así como dos ilustradores que no pertenecen a ella. Como coordinador de todo el evento ha actuado Pablo Martínez, de la galería Espacio E, y la organización ha corrido a cargo del Ayuntamiento de León, con la colaboración del equipo del IES Juan del Enzina.

El coordinador de la exposición nos cuenta que han elegido el tema de la música y «cada uno de ellos lo ilustra de acuerdo con su forma de trabajar y su estilo personal, de una forma dinámica que es de lo que se trata, que haya imágenes diferentes, formas distintas de presentar el tema, más colorido, aunque la música sea el nexo de unión. De eso se trataba, y ya que van a estar un año aquí expuestas, que sea algo lucido, que le de vida al patio, pues en verano van a tener el público del festival y el resto del año los alumnos y personal del instituto». Es una forma de atraer a los más jóvenes hacia la ilustración. Al final se retirarán, y se unirán a las del pasado año que están como el primer día.

Las obras son reproducciones en lona muy resistente a la intemperie en un tamaño considerable para que no solamente se vean desde el patio, sino desde el exterior. La mayor parte del grupo son miembros de la PILA, un colectivo que engloba a gran parte de los profesionales de la ilustración leoneses.

Óscar de la Huerga, como portavoz del grupo dice: «todos acudimos a la llamada de Pablo y teniendo el hilo conductor de la música cada uno aportamos nuestro estilo al tema. Esta exposición nos aporta visibilidad y es muy necesario para nosotros el ver reflejado nuestro trabajo. Siempre estamos trabajando en el zulo, oscuro y esto es una manera de salir a la calle y que quienes la contemplen sepan que hay mucha gente en León haciendo creatividad y con muchísima calidad».Raquel Ordóñez Lanza presenta una hermosa composición en la que tres mujeres se dedican a tocar instrumentos y como ella explica: «se trata de un collage hecho a mano y significa un poco la democratización de la música, que todo el mundo puede tocar, la música es un lenguaje que puede utilizar cualquiera. Me interesaba descontextualizar los músicos y por ello presento a tres personas normales y como te lleva a otros mundos, las colgué de las nubes». Tiene un dibujo muy geométrico y las tres mujeres en color se encuentran enmarcadas en las nubes blancas.Beatriz Larepa tiene un cuadro elaborado con técnica mixta en el que los instrumentos son el eje sobre el que funciona la historia como ella dice: «utilizo la técnica tradicional con grafito, acuarela, gouache y he querido presentar algunos instrumentos que se utilizan en el jazz: clarinete, alguna maraca, el micrófono de esos antiguos...». Son instrumentos de un estilo concreto, aunque a ella todo tipo de música le gusta, lo que tienen los instrumentos del jazz es que son más vistosos. El trabajo ha sido realizado para la muestra, aunque tiene experiencia en el diseño de portadas de discos y otras ilustraciones relacionadas con la música.Juan Barrero, que firma como el Chico Hormiga y su aportación en esta exposición es la imagen en blanco y negro de un músico de jazz, Lionel Hampton, que era vibrafonista y como no hay muchos que toquen ese instrumento en el jazz, por ello lo eligió. Juan comenta: «además es una persona que siempre sale sonriendo en las fotos y por ello me gustaba mucho más, por eso coloqué una imagen suya». Una imagen que es un retrato en una excelente variedad de tonos grises, blancos y negros al que, como dice el autor: «le quise dar una textura como si estuviese hecho con spray para hacer el juego de claroscuros del traje». Un excelente retrato de un singular músico de jazz, muy simple y expresivo.Rocío Álvarez Cuevas tiene en esta exposición la imagen fotográfica imposible de un músico tocando su instrumento en llamas. Comenta la autora que «la técnica es fotomontaje con muchas capas a través de las cuales vas modificando la realidad». Se trata de una obra impactante y llamativa en la que el fuego es un elemento perturbador que la artista crea de dos modos, por medio de la fotografía y de la pintura. Se trata de una labor que lleva mucho tiempo para conseguir el efecto deseado. El fondo negro favorece la imagen al dar la impresión de noche, la noche en la que los músicos de jazz hacen sonar sus instrumentos, pero también es la oscuridad que contraste con la luminosidad de las llamas. Al hablar de motivaciones comenta: «lo hice pensando en la obra ‘El descubrimiento del fuego’ de Magritte y es como un homenaje a su obra ya que él también, de otro modo prendía un trombón».Ricardo Escobar con su orquesta de ranas ‘Los verdes’ imitando aquellos viejos grupos que actuaban en los tugurios con entradas en pesetas, nos retrotrae a un pasado tabernario en el que las ranas son los músicos. Un cuadro en el que predomina el dibujo o más bien la caricatura incluído el texto que es el referente de la historia. Un cartel que el autor se ha inventado, como dice: «he llevado este estilo de la época a mi forma de trabajar la ilustración uniendo texto y dibujo y lo he ido trabajando desde el negro hasta el blanco borrando, sacando colores, porque yo he hecho muchas cosas de grabado y eso le da una textura muy especial, que lleva a esa época». Una imagen sugerente que lleva la alegría musical implícita, con sus pentagramas dibujados indicando que todo es sonido musical.

Oscar de la Huerga tiene una forma muy especial de plantear sus ilustraciones, basándose en el dibujo, pero con trazos firmes y muy sencillos para presentar a su músico, como él explica: «lo mío es dibujo a línea; en mi caso estoy ahora preparando una serie que se llama ‘Black ice’, que van todos en tintas muy planas, cercano al cómic y todo el mundo tiene como eje común que los ojos se los pinto en negro sin expresión, también la boca y ello mantiene una línea». Representa a un músico tocando con cuatro manos el contrabajo, que es el instrumento más característico de este tipo de música como explica Óscar: «el cantrabajo es el símbolo de la música del jazz, que yo siempre la conecto con el virtuosismo y cuando estás escuchando a un gran bajista parece que tiene cuatro manos porque toca con esa calidad. Y es también un homenaje a la música jazz que tanto me gusta y que comparto en varios grupos que he estado». En este caso la música no solo está en la ilustración, sino en el alma del artista.

Graziela Fernández en su peculiar estilo presenta una imagen con dos espacios diferentes que también se diferencian en el único color de cada uno de ellos. A los lados de la imagen, en color rojo, hay edificios verticales de ciudad con pisos superpuestos en los que se ven puertas, ventanas, balcones y terrazas. En el centro unas mujeres con características rurales escuchan a una cantante y un trompetista. El azul es el color que representa a estos personajes. Sin embargo en rojo, sobre ellos una mujer hace sonar una ceranda con las finas pajas que caen sobre las montañas.

Una referencia a la música de todos los tiempos.

Laura Bécares presenta una imagen muy colorista y llamativa en la que un grupo de mujeres desnudas bailan entre un enramado de hojas con el que se confunden. En el centro del círculo que forman las figuras hay una luz amarilla. El dibujo es muy hermoso y el colorido singular, una gran ilustradora.

Jorge Barrientos Villoria integra en el conjunto expositivo a una colorista cantante de jazz, donde el dibujo es el elemento más interesante de la obra, un dibujo que va más por la línea del cómic que de la pintura. El diseño, la forma y los colores conforman una unidad llena de sugerencias en el medio del jazz.

La obra de Katia Prada, que firma como ‘el abrelatas’ es un conjunto de líneas círculos a modo de burbujas llenos de colorido que aluden a los instrumentos musicales de un modo singular. Unas referencias reducidas a unos elementos que dan al espectador un especial sentido sobre lo que la artista desea exponer y que en pocos elementos muestra algo tan complejo como el mundo y el medio musical.

Una exposición donde la música y especialmente la del jazz se muestra de formas, técnicas y modos totalmente diferentes, pero complementarios. Una forma más de presentar a estos ilustradores que trabajan en silencio y lejos de los focos y cuyos resultados vemos continuamente donde quiera que miremos. La exposición, que promociona y patrocina la Concejalía de Acción y Promoción Cultural del Ayuntamiento de León, estará hasta final de año en el patio del IES Juan del Enzina. Anímense a verla y no les defraudará.
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