La ilusión vuelve al Reino

En la Cultural tendemos a necesitar muy poco para ilusionarnos. También para lo contrario claro, para tirar la toalla y pensar que todo es un desastre. Sin embargo, llevábamos unos años en los que se hacía complicado ser optimista y muy sencillo ponerse en la peor de las situaciones.

Desde aquella fatídica tanda de penaltis frente al Sabadell, donde Antonio Martínez tuvo en sus botas poner al equipo a 90 minutos de Segunda.

¿Dónde estaría ahora si lo hubiese metido? ¿Y con un punto más que hubiese evitado el descenso el año de Segunda? La respuesta a eso es fútbol ficción, pero la realidad es que se viene de dos temporadas muy duras, con horribles planificaciones de plantilla y más que mejorable gestión luego de los recursos disponibles.

Eso había incrementado las ganas de volver a soñar. Y de momento en la primera vuelta la Cultural ha permitido a sus aficionados hacerlo, volver a pensar y debatir sobre el: ¿por qué no va a ser este año el año? A un punto del ‘playoff’ y en trayectoria ascendente, los leoneses han presentado su candidatura en uno de los años más difíciles para ello, con 10 o 11 equipos gastándose más en plantilla, con cinco pareciendo casi inalcanzables.

Es un éxito con nombres propios. Uno el de Manzanera, que ha mejorado notablemente a su predecesor, conformando una plantilla completa, con aciertos en apuestas de mayor riesgo como son siempre las que haces con menor dinero, pero sobre todo muy compensada.

Otro, el de dos jugadores, aunque dejar fuera a otros como Amelibia, Tarsi, Trigueros o Alarcón sea injusto. Pero nadie como Salvi, en una de esas maravillosas historias del fútbol, que vino de ser suplente en Segunda Federación y ha terminado siendo uno de los mejores porteros de la categoría; o como Percan, que ha derribado la puerta y llevado ese extra de ilusión que para la afición es siempre que quien brilla sea un tío de la casa.

Pero, por supuesto, también Docampo, que ha ido evolucionando y creciendo con el equipo. Yo dudaba de la elección, la verdad, mucho. Pero qué alegría equivocarse así. Porque hay que darle también a él su indudable mérito. Eso sí, que hace dos meses estaba en duda su cargo, no seáis agonías con hablar ya de renovación...