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La hora de comprar alcohol

28/10/2019
 Actualizado a 28/10/2019
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A estas alturas no le voy a convencer de que en este nuestro querido país tenemos algunas leyes y disposiciones legales completamente absurdas. Conoce, como yo, normas acatables y cuya obligación de cumplimiento viene regulado por otra ley superior pero sin ningún tipo de coherencia ni lógica, fácilmente eludibles y que vienen a respaldar el hecho de que muchas veces a quienes nos gobiernan –y también los que se oponen a los que están gobernando– carecen del más común de los sentidos.

Por ejemplo, con la «Ley Antibotellón» de 2002 se impide la venta de bebidas alcohólicas sea cual sea su graduación entre las diez de la noche y las ocho de la mañana, una medida que ya está aplicando en algunos establecimientos de León y provincia porque parece ser que ha habido alguna sanción. Es decir, a las diez menos cinco puedes pasar por caja un arsenal de botellas de vino, ginebra, ron, cervezas y todo lo que estés dispuesto a llevarte con el único requisito de pagar la cuenta resultante. Pero a las diez en punto a una ama de casa no le cobrarán ni una botella de vino ramplón para guisar un pollo al día siguiente.

Lo comprobé recientemente en un establecimiento de la capital que abre hasta las diez de la noche, a punto de cerrar y con la gente en las colas. De los dos que tengo delante, nada sospechosos de ir a hacer botellón esa noche, a uno le echaron para atrás la botella de reserva Rioja que era para una cena con amigos y a otro no le dieron las seis latas que no recuerdo si eran de Mahou o San Miguel pero que cualquier familia tiene siempre en la despensa para consumir una de vez en cuando o por si llega alguien.

Pero lo más curioso de todo, casi de película de Berlanga, fue la escena que tuve que montar con la señorita de la caja –cumplidora a rajatabla en lo de las botellas de destilados pero de pocas luces ella– cuando después de tenerme diez minutos esperando porque los de delante también llevaban alcohol fuera de la hora y no entendían la medida, me dice que la botellita de cuarto de litro de etílico de 96 grados, antiséptico de la piel sana para reponer el botiquín de casa, no me la puedo llevar. ¡Ay, la ESO cuántos problemas nos ha traído…!
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