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La historia intoxicada

18/09/2017
 Actualizado a 13/09/2019
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Se queja el historiador Joaquín Cuevas Aller de la intoxicación sistemática de nuestra historia leonesa por parte de la Junta de Castilla y León, y enumera una variedad de casos que demuestran el error y sugieren la intención perversa. Enarbola también una cita de Albert Einstein: «Todos somos ignorantes, pero no todos ignoramos las mismas cosas» que va preñada de presagios.

¿Sabemos realmente qué cosas ignoramos? Parece un juego de palabras, pero es serio. Este cronista sabe, por ejemplo, que ignora todo de la vida como un triunfo. Lo ignora todo, asimismo, acerca de la maldad. Y, también, es lego en asuntos de trapicheos personales encaminados a medrar a costa de lo que sea. En cambio, cree saber algo acerca de la ingratitud; algo más sobre la envidia; y mucho en lo que atañe a las humanas traiciones. «No sé vivir» tiene escrito en un poema de esos que figuran en sus libros que casi nadie lee. Y ese «no saber» no es «el no saber sabiendo» del gran Gamoneda, sino el no enterarse de nada a pesar de la edad longeva.

Vivir vidas paralelas en la ficción (la literatura) es una opción que tomamos muchos. La ficción no es mentira. Pero la historia es otra cosa y el hecho de que existan quienes, a sabiendas, la manipulen, habla por sí solo. Y más si es intencionadamente y con fines políticos. Y es que es muy fácil tergiversar los hechos, ya que hasta los más extraños son creíbles y no necesitan ser verosímiles. Como dice José María Merino en una entrevista a Enma Rodríguez: «Al contrario que la literatura, la realidad no necesita ser verosímil».

Lo peor es que la decisión última de tergiversar la historia quede en manos de políticos, de los que el ya citado Merino dice: «De pronto vemos que nuestros políticos, a los que hemos elegido, son señores feudales de horca y cuchillo, que hacen lo que les da la gana» Es decir, los vencedores. Porque, es sabido, la historia la escriben los vencedores, la divulgan los poderosos, y la bendicen los sacerdotes. Es como un pez que pescas en el río delante de tu casa y das por hecho que es tan fresco y sano que bien lo puedes llevar a la sartén. ¿Pero, qué habrá sido de él aguas arriba? En las claras corrientes de la montaña bien pudo ser objeto de envenenamiento.

La historia de León hoy día la escribe, la divulga y la bendice, Castilla. Ella propone y dispone. No nos extrañe que a León tan solo le deje aquello que necesita ser verosímil, es decir, la literatura.
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