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La graja sobre la nieve

08/01/2021
 Actualizado a 08/01/2021
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¡Asalto al Capitolio! ¡Tercera ola! ¡Las vacunas no se administran con la suficiente rapidez! Nos levantamos tras el paso de los Reyes Magos con las portadas llenas de gritos. Pero también nos levantamos con un sol de brillo invernal, heladas las cumbres de las montañas y con las grajas pespunteando los chopos. ¿De qué voy a hablar, de lo primero o de lo segundo? Hablaré de lo segundo, claro, para hablar de lo primero hay infinitas voces que hacen eso: vocear. Para hablar de lo segundo, quedamos pocos.

Hablar de las pequeñas cosas de la naturaleza es hacerlo en susurros. En un silencio recogido. El silencio de la nieve cuando cruzo la carretera que rodea Barrios de Luna; las grajas picoteando en las cunetas. Esas aves son un misterio. De niña las veía desde la ventana de las aulas de mi instituto, había un soto de chopos cubierto de nidos y bandadas de grajas que iban y venían. Cuando me aburría en clase de matemáticas o de física –que era casi siempre–, me dedicaba a observarlas. También había una colonia a las afueras de La Bañeza, junto a la carretera general; y cuando paseaba en bici junto a la ribera del río, salían volando de entre los álamos. El graznido de la graja forma parte de mis primeros recuerdos. Tanto es así que, en mi última novela, ‘Pájaro del Noroeste’, una grajilla, que es ave muy similar, tiene un papel en la trama. Se llama Marte y desarrolla una relación muy profunda con su dueña. ¿Por qué se coló Marte en mi historia? No sé. Buceando en mi subconsciente recuerdo esa fascinación por la graja, un ave inteligente, gregaria, con un complejo sistema social y que se empareja para toda la vida. Quizá también es un homenaje a esta especie única en León. Un ave que viene del norte de Europa y que, por alguna razón que los ornitólogos no logran descifrar, ha escogido León para anidar. Hay colonias a lo largo del Órbigo y colonias en León capital y en ningún otro lugar de España. Hoy, además, me entero de que una maestra de un colegio rural del Órbigo, organizó un proyecto con sus alumnos para salvar la colonia de grajas del pueblo. Y pienso que ahora mismo, en este inicio de un año incierto, esos pequeños gestos son los que más me interesan. El vuelo de la graja sobre la nieve. Esa es mi imagen para el año que comienza.
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