La gente que sí

Empezar el año rodeados de grandes amigos es un lujo. Para no perder las buenas costumbres, nos fuimos a recibir 2015 al Bierzo, un paraíso donde desconectar por unas horas junto a los mejores anfitriones que uno pueda desear. Un regalazo. Y es que es una suerte que la vida nos sorprenda de vez en cuando con un nuevo amor en forma de amigo. Están los que estuvieron siempre, desde niños, esos que conocimos en el colegio y con los que hemos ido creciendo hasta llegar aquí, con rachas de distancia a veces, pero que ahí siguen. También esos amigos que han llegado hace no demasiado, sin esperarlo, gente con la que fuiste cogiendo confianza hasta convertirse en imprescindible en tu vida y que sabes que ya no se irán. Y los que un día fueron compañeros de trabajo, o colegas de otras empresas, esos que te encantaron y que ya forman parte de tu vida. Y los amigos que ya no están porque se fueron para siempre, los que en un momento del camino perdieron la vida, dejando una huella imborrable que te hace sonreír fuerte cuando los recuerdas. Por todos ellos brindo hoy, por esos seres queridos con los que no compartimos sangre sino ganas de cercanía. Por los que de verdad se alegran de lo bueno que te ocurre y sufren con tus penas. Por los que te llevan a bailar cuando sólo tienes ganas de sofá, los que descorchan otra botella cuando no ha habido suficientes risas o calman tus lágrimas con un achuchón reparador. Por esa gente que siempre está, aunque a veces falles. Cuida a los que te cuidan... A toda la gente que sí, gracias por estar, qué suerte tengo :)