El libro está coordinado por Marta González Aparicio, bajo la dirección de Teresa Mata Sierra, y ya está disponible en librerías especializadas en temas jurídicos y también por internet. «Es una monografía que recoge todos los impuestos que afectan a la actividad ganadera. Supone un estudio de los aspectos fiscales y mercantiles, tanto para autónomos como para personas jurídicas», explica a este periódico González Aparicio.
De este modo, el libro que la ULE ha puesto en marcha con la Diputación repasa los impuestos estatales, como el IRPF, el de Sociedades o el IVA, así como otros de carácter autonómico y local. Un manual práctico que pretende servir de guía a los ganaderos leoneses a la hora de cumplir con sus compromisos tributarios.
Para González Aparicio lo más interesante del libro es que «no es un estudio general, sino una obra que profundiza en los verdaderos problemas del ganadero», analizando plazos de presentación y aplicaciones contables de utilidad. «Si cobro una subvención cómo la declaro o cómo lo hago con el cobro de seguros si se muere un animal, qué hago con la ayuda de incorporación y en qué períodos se aplica el IVA, modelos de facturas, cómo amortizar maquinaria de leche o qué animales se pueden deducir en la declaración... Hemos querido que sea un libro con los problemas e inquietudes reales de los ganaderos», apunta la coordinadora de ‘Fiscalidad de las explotaciones ganaderas’.
A lo largo de las páginas de esta monografía se evidencia cómo el ganadero soporta una presión fiscal «como la de otras actividades y, a mayores, otra gran presión fiscal indirecta». En este sentido, además de los pagos tributarios tienen que presentar un buen número de declaraciones y libros de registro. «La fiscalidad ha perjudicado al sector ganadero de León. No es algo que haya contribuido a que la ganadería mejore. Al contrario, no ha sido una ayuda para el sector», valora la responsable de la publicación.
La estructura de la monografía
‘Fiscalidad de las explotaciones ganaderas’ comienza con un capítulo dedicado a los tipos sociales mercantiles y a las posibles formas de organización, abordando el límite mínimo de capital, la configuración de las partes en las que se divide el capital social o la tranmisibilidad de acciones. En otro de los apartados se analizan las formas sociales mercantiles personalistas, con el análisis de figuras como el emprendedor de responsabilidad limitada como persona física, y en el siguiente se pasa a estudiar las explotaciones ganaderas asociativas y formas jurídicas para el tercer sector.La monografía también cuenta con un apartado en el que Marta González Aparicio analiza la imposición directa en la actividad por cuenta propia, como con la imputación temporal de ingresos y gastos, el tratamiento del IVA devengado o los incentivos fiscales aplicables a empresas de reducida dimensión. Por su parte, la coordinadora del libro también aporta un examen exhaustivo del método de estimación objetiva de los rendimientos de las actividades ganaderas, en el que se analizan los sistemas de módulos, reducidos y otros tipos de cálculo.
Los supuestos especiales para entidades en atribución de rentas en las retenciones aplicables y las obligaciones formales, el impuesto sobre sociedades o el régimen fiscal de las cooperativas, mutuas y sociedades agrarias de cooperación protagonizan otros de los capítulos de la monografía. El resto de apartados versan del IVA, del régimen simplificado y el especial sobre la actividad, las enajenaciones de bienes afectos y la transmisión de las explotaciones ganaderas o de los tributos autonómicos y locales que afectan al sector.
Además de todo esto, González Aparicio asegura que la obra tiene una «parte crítica», puesto que no solo dice cómo es la tributación sino «cómo debería ser para favorecer al ganadero». «Los cambios de criterio han perjudicado al ganadero y se requiere un esfuerzo por parte de la administración tributaria y del legislador para simplificar el régimen que se aplica a la ganadería», apunta la investigadora de la ULE.
Familia ganadera de Boñar
Según señala Marta González Aparicio, su intención ha sido la de «hacer una aportación positiva al sector» desde Boñar, municipio en el que tiene sus raíces en una familia ganadera. «Esperamos que sirva al sector primario, que lo lleva pasando mal muchos años. Al final, la fiscalidad es una herramienta que se puede usar para ayudar y no se está haciendo. Se les exige una tributación similar a cualquier otra actividad y, además, se les añaden más obligaciones», destaca la coordinadora de la publicación.El «trabajo desinteresado» que se ha materializado en las páginas de ‘Fiscalidad de las explotaciones ganaderas’ ofrece al ganadero una interesante herramienta para conocer mejor sus compromisos tributarios. Unos pagos que, tanto Marta González Aparicio como todo el sector, confían en que comiencen a ser menos estrictos en un 2022 que ya llama a la puerta.