La fiesta final de un año complicado

El Ribera contra Montaña que se disputa en Quintana de Rueda, un remate festivo para una temporada convulsa en el mismo pueblo donde comenzó la liga

Fulgencio Fernández
25/11/2018
 Actualizado a 15/09/2019
Los integrantes del equipo de la Montaña en 2017 celebran la victoria fácil  del año pasado. | MAURICIO PEÑA
Los integrantes del equipo de la Montaña en 2017 celebran la victoria fácil del año pasado. | MAURICIO PEÑA
El Ribera contra Montaña viene siendo cada año como la fiesta de «fin de curso», salvo algún año de triste recuerdo, este corro que se disputa por el sistema tradicional de dos equipos compitiendo hasta que solo quede un luchador en el centro del redondel es en el que más disfrutan los aficionados, que se sienten identificados con su comarca, y en el que más corazón ponen los luchadores, pese a que no hay premios en metálico y los triunfadores se llevan un mazapán (aquel luchador que más rivales derrote) y un gallo (para el equipo vencedor).

Falta le hace a la lucha leonesa esta fiesta deportiva después de un año realmente convulso.

Quintana de Rueda, que tuvo el privilegio de abrir la temporada con el primer corro de Liga, también cerrará el año deportivo y parece que preparan una gran fiesta de nuestro deporte tradicional en la que los pendones —cada día más hermanados con los viejos aluches— también disputarán su particular Ribera contra Montaña. A buen seguro que lucirán esta fiesta como sólo ellos saben hacer.

La Montaña, favorita

En lo deportivo todos dan a la Montañacomo gran favorita, incluido el seleccionador de la Ribera —Quiñones— que ha adoptado la postura de un discurso victimista en el que afirma que «nada podemos perder porque lo tenemos todo perdido». La Montaña parece que acepta el papel... algo que muchas veces ha sido una trampa. Es un corro de sorpresas.
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