La fiesta de los balcones de La Rosaleda

Tras los aplausos de homenaje, muchos vecinos del barrio ponferradino montan una pequeña verbena desde sus ventanas con música, bailes, banderas, luces de Navidad y gritos para animarse unos a otros

D.M.
16/03/2020
 Actualizado a 17/03/2020
El bulevar de La Rosaleda, vacío, pero escenario de una pequeña fiesta desde los balcones. | D.M.
El bulevar de La Rosaleda, vacío, pero escenario de una pequeña fiesta desde los balcones. | D.M.
Sábado, domingo, lunes... tercer día de confinamiento y mucho tiempo para la imaginación y el ingenio han convertido el aplauso  colectivo de agradecimiento a los sanitarios y a todos los que colaboran en la crisis del coronavirus, en una pequeña fiesta de balcones en el barrio de La Rosaleda en Ponferrada. 

A las 20:00 horas, muchos vecinos repitieron el gesto de los pasados días de salir a aplaudir a sus ventanas para dar las gracias  a todos ellos. Y a continuación, tras el respetuoso homenaje, y sin perder el horizonte de la preocupación y concienciación con la situación, unos pocos empezaron a venirse arriba y a contagiar  los ánimos. En el tramo inicial del bulevar central del barrio, un par de viviendas enfocaron a la calle altavoces con canciones. En uno sonaba 'Resistiré', de El Dúo Dinámico', que se está convirtiendo en el himno de la crisis del coronavirus. Otros habían quedado por mensajes en redes sociales para cantar el tradicional tema berciano 'A Ponferrada me voy...'. Un poco solapado y descoordinado, uno y otro, pero eso fue lo de menos, porque contra el virus,  la alegría se fue extendiendo y las casas empezaron a sacar a los balcones  un poco de movimiento y alegría, unos vecinos contagiados por otros.  La imagen chocaba con la calle, vacía, sólo con unos pocos establecimientos abiertos, el Supermercado Covirán, la farmacia y las panaderías, que cerraban justo a esa hora. 

Hubo quien sacó banderas blancas,  o de España o con mensajes optimistas. Muchos otros linternas y luces de colores. Algunos  colocaron luces de Navidad en sus ventanas y otros encendían y apagaban las del salón para crear un casero 'efecto discoteca' improvisado para dar ambiente a la pequeña fiesta en la que las que muchos bailarines se hicieron ver dándolo todo a través de los cristales. 'Color Esperanza', 'No hay que llorar' y hasta 'La raja de tu falda'...A penas quince minutos de música con temas alegres antes de cenar, para no molestar demasiado a los vecinos que necesiten descanso, pero que sirvió para que de uno al otro lado de la calle, muchos de ellos, que posiblemente nunca hayan hablado más que del mal tiempo en el ascensor, se lanzaran voces de ánimo y optimismo. "¡Vamos vecinos!", "¡Sí se puede"!... "¡Cuando se acabe este quedamos para hacer un picnic en la hierba!" 

Por las ventanas y por las redes ya han quedado para mañana, y posiblemente para cada día, a la misma hora, con el objetivo de hacer más llevadera la cuarentena y que los ánimos, la alegría y el optimismo se contagien más rápido que el virus. 
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