pedro-j.-abajob.jpg

La fase de viajar

15/06/2020
 Actualizado a 15/06/2020
Guardar
Cuando parecía que ya nos estábamos acostumbrando a este invento de la desescalada y sus fases, con sus quince días entre cada una y tal –siempre como mínimo, y que si las cosas no iban bien se podría estar tres semanas en la misma casilla o incluso retroceder un paso como si fuera el juego de la oca– nos indican que en siete días los leoneses subimos un escalón. Y aquí estamos este lunes, estrenando la tercera y última fase antes de esta ‘nueva normalidad’ aunque con sus condiciones y prohibiciones.

Este constante cambio de las reglas del juego –de la oca o de lo que usted quiera– es el resultado de una improvisación total que se ha venido manteniendo desde el principio de la pandemia. O un «haga lo que a usted le dé la gana» al que ya aludí hace varias semanas en este mismo espacio cuando era evidente la dificultad para hacer entender a la gente de a pie que había que aunar voluntades individuales para lograr el objetivo común.

En una sociedad individualista y egocéntrica es muy complicado aconsejar ponerse la mascarilla para no contagiar a los demás y más difícil explicarle que un turista alemán ya puede venir hoy a España de vacaciones quince días a agarrar una tajada diaria con vino barato pero usted, que vive en Grajal de Campos, no puede ir a ver a su padre a Villada porque está en la provincia de Palencia o su hermano, que reside en Alija del Infantado no puede caminar los tres kilómetros que hay hasta Coomonte para ver a su hijo porque ya es Zamora.

Hay quienes apuntan que son las contradicciones que se dan en un sistema como el nuestro, con un gobierno dividido y diecisiete mini-gobiernos que también tienen sus más y sus menos. Y otros aluden a la improvisación, tal vez necesaria, ante una situación que a todos nos resultaba desconocida y de mayor complejidad de lo esperado.

A mí, en pocas palabras, lo de abrir las puertas a los turistas en masa me parece necesidad de ir generando ingresos económicos de fuera de la manera que sea, y pase lo que pase. Que a lo mejor luego no pasa. Y falta de sentido común y ganas de cabrear (aún más) a la gente que quiere moverse por España.

Lo más leído