La factura energética pone en jaque la producción avícola en la provincia

Los productores remiten al Gobierno una carta para pedir que medie en un sector que afronta un aumento del 400% en el coste de la luz y un 130% en el del gas

T. Giganto
10/03/2022
 Actualizado a 10/03/2022
Héctor Llorente en su explotación avícola de Cabreros del Río en la que cría pollos de la raza broiler destinados al mercado cárnico. | SAÚL ARÉN
Héctor Llorente en su explotación avícola de Cabreros del Río en la que cría pollos de la raza broiler destinados al mercado cárnico. | SAÚL ARÉN
El ascenso que están experimentando los precios de la luz y el gas en las últimas semanas no deja títere con cabeza. Son muchos los sectores que dependen directamente de ambos insumos para sacar sus producciones adelante y eso está poniendo en jaque la rentabilidad de muchos negocios. El sector primario no es ajeno a esta coyuntura y la crisis de costes de producción afecta cada día a más ganaderos. Los que se dedican al sector avícola no se libran. La temperatura, la humedad y la luz son factores clave para su producción, de ahí que este tipo de explotaciones cuenten con avanzados sistemas de calefacción y ventilación que permiten el desarrollo óptimo de sus animales. La factura energética se convierte así en uno de sus principales gastos representando el 75% del coste de su producción y, dada la situación actual, también es uno de sus principales quebraderos de cabeza.

«En lo que va de año ya he pagado por la luz y el gas, con dos camadas y media de pollos, lo mismo que todo el año pasado completo con cinco camadas y media que saqué», explica Héctor Llorente, que tiene una explotación de titularidad compartida de pollos de engorde en Cabreros del Río. Él es uno de los 200 firmantes de una carta que han remitido al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación en la que piden «con carácter urgente las medidas oportunas» para evitar la quiebra de muchos ganaderos que no pueden hacer frente al ascenso «desorbitado» de la luz y el gas.

Los avicultores cifran en un 400% la subida del precio de la luz y en un 130% la del gas«La luz ha subido un 400%, el gas un 130% y el resto de productos y servicios que son necesarios para el ejercicio de nuestra actividad también han experimentado una subida que oscila entre un 20% y un 50%», exponen en la misiva dirigida al ministro del ramo, Luis Planas. «Así no podemos llegar a cubrir los gastos de la actividad», incide Héctor, quien se animó a montar una explotación avícola hace cinco años.

Ciclo productivo


«Como agricultor veía imposible ampliar más mi explotación por la falta de terreno, porque no hay base tierra para crecer, con que me decidí a compaginar la agricultura con la ganadería junto a mi mujer creando una explotación ganadera de titularidad compartida», cuenta a las puertas de su granja donde actualmente cría 32.000 cabezas de pollos de la raza broiler, apta para el sector cárnico y a la que da salida a través de un sistema de integración al que pertenece. A su granja llegan los pollos con apenas unas horas de vida. Algunos permanecen allí 35 días tras los que se llevan una primera tanda, siendo este un pollo que está entre 1,8 y 2 kilos de peso, utilizado para asados. Con entre 45 y 52 días sacan el resto, siendo ya un ave con un peso aproximado de unos 3 kilos. Durante el proceso de 50 días se alimentan con cinco clases de piensos diferentes según el ciclo de evolución de los pollos, todo ello pautado por la empresa integradora a la que pertenece que es la que se encarga, tras su engorde, de la transformación y comercialización del producto. Héctor Llorente destaca de todo ello el control sanitario al que está sometida la producción. «Las administraciones mantienen unos controles de sanidad muy estrictos, algo que no podemos decir de otros países de los que se importa carne que en muchos casos no cumple con la trazabilidad que los productores de aquí sí cumplimos», incide este ganadero poniendo en valor la calidad de sus animales y el esfuerzo de los ganaderos españoles en materia de bienestar animal.

Situación "asfixiante"


Cuando él montó hace cinco años la granja de pollos el panorama era muy diferente al actual. «De un año para acá venimos arrastrando una situación muy difícil que para algunos es ya asfixiante», lamenta en referencia a los precios de la luz y el gas, pero también a las consecuencias derivadas de la crisis sanitaria. «Al cerrar la hostelería durante los confinamientos, las integradoras han reducido las camadas porque no había tanta demanda de carne de pollo en el mercado. En vez de sacar cinco al año, se han tenido que sacar tres pero las letras que pagar han sido las mismas. Menos producción, menos ganancias», explica.

Ahora que el covid-19 parece atenuar su impacto económico, surge el incremento de los costes de producción y con ello el problema se agrava. «Explotaciones como la mía, que estamos recién incorporados y tenemos cuantiosas inversiones que amortizar, estamos realmente mal», dice asegurando que ahora mismo le salva una actividad combinada de agricultura y ganadería. «¿Los que solo tienen los pollos y acaban de incorporarse? Esos en pocos meses no van a poder más», apunta haciendo referencia a que, como en su caso, han sido muchos los jóvenes de la provincia de León que han apostado por la avicultura, haciendo uso de las ayudas europeas para la incorporación al sector primario. En la carta que han suscrito para enviar al Gobierno lamentan en este mismo sentido que «de nada servirá el esfuerzo que la administración viene haciendo para fijar población en el medio rural si cuando hay situaciones de excepción como esta no toman medidas para impedir nuestra caída».

«El Gobierno debería tomar cartas en el asunto, hay que tener en cuenta que el 50% de lo que pagamos de luz son impuestos... Lo que no se puede hacer es lo que se ha hecho, que ha sido cerrar todas las térmicas y no tener un segundo plan ya preparado como son las energías renovables. Ahora, con la guerra de Ucrania, hay países que han reabierto sus térmicas. ¿Por qué España se puso a desmontarlas? Estamos pagando las consecuencias de una mala gestión y eso es una cadena que arrastra y a los primeros que lleva por delante es al primer eslabón que somos nosotros», analiza Héctor. Es consciente de que «a la población hay que alimentarla y que lo no produzcamos nosotros va a tener que venir de fuera, con todo lo que ello supone, y sin olvidar que la ganadería fija población en los pueblos». En la carta remitida al Gobierno así lo trasladan y auguran que «estas dramáticas situaciones de cierres y quiebras conllevarán desgraciadamente al desabastecimiento total de carne de pollo en el mercado español a lo largo del 2022» y también obligarán a muchos jóvenes «a dejarlo todo e irse, perdiendo lo invertido, el tiempo, el dinero y el esfuerzo».

Estiman que debería aumentar el precio del pollo 8 céntimos para cubrir los gastosHéctor calcula que sería necesario que, para cubrir costes, le pagasen 8 céntimos más por pollo. «Sería lo ideal para no seguir vendiendo a pérdidas», asegura en el mismo sentido en el que se lo explican al Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación: «No es justo que nos conviertan en el amortiguador para no subir más el precio de venta al público». Pero el futuro no pinta nada halagüeño, con inversiones que afrontar, con la sombra de la guerra de Ucrania sobre el abastecimiento de cereales, con los costes disparados y con la espada de Damocles pendiendo, otra vez, sobre el primer eslabón de la cadena alimentaria, «el más débil».

«Nos cargamos el sector primario. El ganadero que tiene base tierra, el que produce en un 70 u 80% lo que consumen sus animales, puede tirar. Uno que depende de comprarlo todo, se arruina. Lo mismo le pasa a un país que dependa en más del 60% de su alimentación del exterior. Ese en tiempos de crisis... Adiós», concluye Héctor, a la espera de que amaine el temporal para hacer un balance de daños que se esperan cuantiosos si no se adoptan medidas.
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