La estadística negra del campo: al menos un muerto al año en tareas agrícolas en León

Los tractores y trabajos agrícolas se han cobrado 20 vidas desde 2004 en la provincia

D.L.M.
16/12/2019
 Actualizado a 16/12/2019
Pese a los avances tecnológicos en la maquinaría, extremar la precaución en el trabajo agrícola sigue siendo una norma imprescindible. | Mauricio peña
Pese a los avances tecnológicos en la maquinaría, extremar la precaución en el trabajo agrícola sigue siendo una norma imprescindible. | Mauricio peña
La imagen de Pablo Casado subido en un flamante Fendt en Matadeón de los Oteros fue una de las imágenes más vistas en León en la penúltima campaña electoral. Las otras ocasiones en las que el público general puede ver tractores agrícolas en los medios de comunicación son las inauguraciones de las ferias o los accidentes. En León, desgraciadamente, es una vez al año por lo menos. Desde el 2004, 20 personas han perdido la vida en la provincia como consecuencia de accidentes con tractores y de tareas agrícolas. En otras ocasiones, dejan daños muy severos, que se pierden en las estadísticas, porque no siempre los recogen. El sector agrícola y forestal es uno de los que registra una mayor siniestralidad en España, al que se suman accidentes en entornos agrarios fuera de ámbitos estrictamente laborales, como cortas de leña, recolecciones de diversos frutos o reparaciones de maquinaria o instalaciones

Entre los años 2004 y 2015 se registraron 11 muertes con tractores agrícolas en la provincia, como recogía un informe Agropreven. Desde entonces se han sumado nueve víctimas mortales más a esa estadística negra.

Detrás de esas cifras hay lugares como Villaverde de Arcayos (Almanza), donde un vecino de 52 años perdía la vida en enero de 2012, tras volcar el tractor con el que recogía leña en el monte. Los bomberos tuvieron que intervenir para excarcelar al accidentado, que había quedado atrapado por el vehículo. Un siniestro similar ocurrió en Castrillino (Villaquilambre), donde el 24 de agosto de 2014 se produjo el fallecimiento de un hombre que recogía leña por el vuelco del vehículo. También Riofrío (Quinatana del Castillo), donde un hombre fue arrollado por un tractor en 2016 o Vegas del Condado, donde falleció un varón de 58 años atrapado por la transmisión ese mismo año.

Como se ve, no faltan motivos para incidir en la necesidad de extremar las precauciones y mejorar continuamente la formación para la prevención de riesgos laborales, tan numerosos en el campo. Pese a las llamadas de alerta, la mejora de la maquinaria y el refuerzo de la formación no se logran evitar accidentes como el que en 2017 le costaba la vida a una mujer arrollada por un tractor en Sosas de Laciana (Villablino) o el doble golpe en unos kilómetros que sufrieron Magaz de Arriba y Magaz de abajo, en El Bierzo, que vieron como dos vecinos perdían la vida tras volcar sus tractores en 2017 y en el pasado mes de agosto.

En otras ocasiones, como en 2018, no es un tractor pero es un chopo lo que propicia el golpe mortal. Ocurrió en Quintana de Fon y perdió la vida un hombre de 54 años.

La tipología de estos siniestros es muy diversa, como lo son los peligros que afrontan los trabajadores del sector agrícola, ganadero y forestal. A la propia maquinaria se suma el terreno, muchas veces con fuertes pendientes o con cauces de agua y canales que también se han convertido en obstáculos insalvables. El pasado año un hombre también sufrió un aciago accidente con su tractor al caer a un cauce cerca de Castrillo del Porma (Vegas del Condado). 

La soledad en la que se realizan gran parte de las tareas contribuye a elevar la peligrosidadAdemás, otro elemento que contribuye a aumentar la peligrosidad del trabajo del campo es la soledad en la que se realizan gran parte de las tareas. En muchas ocasiones, los trabajadores acuden solos a parajes alejados de núcleos de población. Son lugares generalmente poco transitados, lo que provoca que en caso de accidente las posibilidades de recibir ayuda se reducen. Los expertos recuerdan que la mayor parte de los tractores están equipados con equipos de comunicación que permiten informar a otras personas de la situación. Por ejemplo, cuando es necesario abandonar la cabina del tractor para realizar una comprobación mecánica o recargar un apero es conveniente avisar a alguien. Si no se cuenta con equipos con una emisora de radio, se puede utilizar el teléfono móvil, explican. Un caso que refleja la situación anterior se produjo el pasado cinco de noviembre en Tabuyuelo del Jámuz (Quintana y Congosto), donde un varón de 33 años resultó gravemente herido cuando trabajaba con su tractor. Según ha podido saber este periódico, no pudo ser auxiliado hasta que no lo localizó otro agricultor que pasó por la zona, alertó y esperó a la asistencia del 1-1-2, que trasladó al herido en helicóptero a León.

Pese a todo ello, buena parte de los accidentes no quedan recogidos en las estadísticas oficiales por diversos motivos. En muchos casos de los referidos, las víctimas son personas que no se encuentran realizando labores profesionales, incluso jubiladas. Los datos oficiales del Ministerio de Trabajo sobre accidentes de trabajo con baja, en jornada o in itinere en el sector agrario en León se cerraron el pasado año con 214 accidentes en total, 205 leves, 9 graves, 3 leves in itinere y ninguno mortal. Es decir, la estadística negra tiene sombras porque abarca todo el campo, profesionales y no profesionales.
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