La Ercina: La Peña del Castro, asentamiento estratégico y puerta al Cantábrico

Las actuaciones arqueológicas realizadas en los últimos años han permitido que este yacimiento haya vuelto a la primera línea de las novedades arqueológicas de la comarca

Alfredo Hurtado
15/03/2019
 Actualizado a 19/09/2019
Este enclave presenta dos cinturones de muralla bien definidos y, entre ellos, tres espacios claramente separados. | ALFREDO HURTADO
Este enclave presenta dos cinturones de muralla bien definidos y, entre ellos, tres espacios claramente separados. | ALFREDO HURTADO
La Peña del Castro, situada a unos dos kilómetros de La Ercina, ya contaba hace más de XX siglos con un poblado cántabro, ya que eran los dominadores de esta comarca oriental leonesa hasta que llegaron los romanos, que tras varios años de asedio lograron expulsarlos. Este recinto de La Ercina fue uno de los bastiones vanidienses de la antigua ‘Regio Cantabrorum’ y, en la actualidad, las actuaciones arqueológicas realizadas en estos últimos años han permitido que este yacimiento haya vuelto a la primera linea de las novedades arqueológicas de esta comarca.

«La Peña del Castro es un asentamiento prerromano situado en un lugar estratégico para que las legiones romanas puedan seguir conquistando las tierras dominadas hasta entonces por los cántabros, siendo también una de las puertas que les abría el camino hasta el Cantábrico», declara Fernando Muñoz, responsable de las excavaciones que se llevan a cabo en este enclave que presenta dos cinturones de muralla bien definidos y, entre ellos, tres espacios claramente separados. El primero de ellos, en la parte inferior del Castro, tiene una extensión de 1.22 hectáreas, pudiéndose observar un gran derrumbe hacia el oeste, y el segundo de los recintos, situado a unos 50 metros del primero, tiene unos 4.500 metros cuadrados. Justo a continuación se encuentra el tercero y último, que ocupa una extensión de 6.085 metros cuadrados, y al ser la parte más alta del Castro hace las labores de acrópolis, según los expertos.

Según las pruebas del carbono 14 que se han realizado en las excavaciones, se ha podido documentar una muralla como estructura defensiva y del prestigio del poblado, como sus viviendas, pequeñas cabañas circulares, aunque también las hay cuadradas con zócalo de piedra, y paredes con ramas y barro, mientras que el tejado vegetal, como el de las pallozas, permite la salida de humos e impide la entrada de agua.

En este escenario, vecinos de la localidad llevan a cabo todos los años al final de verano una representación del asedio de los romanos hasta expulsar a los pueblos que durante siglos habian dominado toda esta comarca oriental leonesa. «Queremos que esta fiesta-representación sea de todos los pueblos del Ayuntamiento y pongamos en valor lo mejor de nuestro patrimonio cultural y humano», comenta Ignacio Robles alcalde de La Ercina.
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