La ‘era Pastor’ se cierra sin abrir la Variante de Pajares ni la A-60

La etapa de Ana Pastor, elegida presidenta del Congreso de los Diputados, al frente del Ministerio de Fomento se cierra con un legado de obras en marcha en la provincia y sin plazos para su finalización. Entre las que más preocupan se encuentran la autovía León-Valladolid (A-60), la Variante de Pajares para dar servicio al AVE o la integración de Feve en la capital leonesa.

En la A-60 las máquinas continúan trabajando entre Santas Martas y Puente Villarente, 20 kilómetros que tendrá un coste total de 72 millones y que en 2016 disponen de 6,1 millones.

Los retrasos de la Variante de Pajares, que no tiene fecha de finalización, continúan tras acumular una inversión que podría rondar los 3.500 millones de euros No obstante, el principal quebradero de cabeza de Fomento continúa en las obras de los 24,6 kilómetros de la Variante de Pajares, que año tras año, suma nuevos plazos incumplidos para la apertura de uno de los túneles gemelos. Las inundaciones y argayos, que han generado nuevos sobrecostes, y los últimos fallos en el sistema de ventilación, están incrementando los retrasos de esta obra, que no tiene fecha de finalización, tras acumular una inversión que podría rondar, según algunas fuentes, los 3.500 millones de euros.

De la misma forma, las obras de integración de Feve no han comenzado, pese a lo que comunicó el 1 de junio el presidente de Adif, Gonzalo Ferre, en una visita a la ciudad. Entonces explicó que en una o dos semanas se reanudarían los trabajos, parados desde septiembre de 2013, tras deshacer el «desaguisado» que se había generado ante la falta de base legal para la entrada del ferrocarril en superficie dentro del entorno urbano.

Por el contrario, las obras de la primera fase de la integración del ferrocarril en León arrancarán en unas semanas, con una inversión de 24,83 millones de euros, que ejecutará en 24 meses la constructora Copasa. En el otoño de 2018 se pondrá fin a la estación de ‘fondo de saco’, dentro del ‘bypass’ sur de la ciudad. Este diseño impide que los trenes en dirección al Principado de Asturias continúen su viaje por el trazado urbano, por lo que tienen que retroceder hasta enlazar con un desvío a la entrada de León.