La enredadera crece

La dimisión de María Eugenia Gancedo y cuatro de sus concejales en San Andrés completa hasta el momento el ya amplio listado de las consencuencias que está teniendo en la provincia de León la gran operación contra la corrupción municipal

Lo que se juzga en el plano político no tiene que ver con responsabilidades personales, sino con un sistema de actuación
12/09/2018
 Actualizado a 06/09/2019
Unos se van con la esperanza de que pronto se demuestre que son inocentes. Otros se quedan con exactamente la misma esperanza. Lo cierto es que la Operación Enredadera está teniendo consecuencias más que contundentes en la provincia de León. Aunque sea sólo un ayuntamiento el que ha cambiado de color, el de Villaquilambre, donde una moción de toda la oposición desbancó la semana pasada a Manuel García, son ya cinco los ayuntamientos leoneses en los que las detenciones o registros del pasado 3 de julio ha provocado dimisiones o ceses, de cargos públicos y de cargos políticos. En León, de un concejal. En Astorga, del alcalde y varios concejales, que mantienen su condición pero ya no bajo las siglas del PP. En Villarejo, en Hospital de Órbigo... y ahora en San Andrés. La inminencia de una moción de censura que podría aupar a Izquierda Unida a la Alcaldía ha hecho dimitir a la hasta ahora alcaldesa, María Eugenia Gancedo, y a cuatro de sus concejales, muchos de los cuales probablemente abandonen la política activa después de este ‘trago’. Es el suyo un gesto por el partido que se interpretará de forma muy distintas desde los diferentes intereses. Lo que todos ellos deben claro es que, más allá de sus circunstancias personales, lo importante en este caso no es que se juzgue a determinadas personas, sino un sistema de actuación.
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