La "Edad de plata" de la música sale de la oscuridad

La pianista leonesa Raquel del Val revisa, edita, publica e interpreta la música de Antonio José y otros autores de su época

L.N.C.
13/06/2019
 Actualizado a 13/09/2019
La pianista leonesa Raquel del Val en un concierto ofrecido en el Auditorio en mayo de 2017. | DANIEL MARTÍN
La pianista leonesa Raquel del Val en un concierto ofrecido en el Auditorio en mayo de 2017. | DANIEL MARTÍN
La pianista leonesa Raquel del Val ha comenzado una intensa actividad de conciertos el pasado 27 de mayo, en la sala Rafael Altamira de la sede universitaria Ciudad de Alicante, donde estrenó el concierto temático denominado ‘Música española por los grandes compositores europeos’, que recoge minuciosamente un original programa de compositores europeos bajo el prisma común de la inspiración española romántica y virtuosística más pintoresca con obras poco conocidas de la francesa Chaminade, Ravel, Herz, Moszkowski, Balakirev, Shostakovich, Liszt, Dessauer, Chopin y Schumann.

Su agenda continúa con un concierto el 23 de junio en el Ateneo de Valencia, al que seguirán los del 27 y 28 de setiembre en Pamplona y Santesteban respectivamente, participando además en la segunda edición del Festival Clásicos en la Demanda, también en setiembre; ofrecerá también un concierto el 17 de abril de 2020 en el Museo del Romanticismo de Madrid.

El concierto del 23 de junio en Valencia es especial ya que incluye el estreno de la obra ‘Jacobo’ del Maestro Moreno-Torroba Larregla, quien estará presente con ocasión de dicho estreno. Más peculiar será el estreno de la versión para piano solo realizado por Raquel del Val de la obra ‘Danza de bufones’, del burgalés Antonio José Martínez Palacios (1902–1936), autor del que la pianista lleva años arreglando y revisando su extensa obra para piano, cámara, canto y orquesta.  Desde 2003, lleva a cabo una intensa labor de documentación, análisis, revisión, edición e interpretación de obras, muchas desconocidas para el gran público, de autores de finales del s. XIX y sobre todo de los que pertenecieron a la llamada «Edad de plata», que agrupaba a intelectuales y artistas españoles del primer tercio del s. XX. Esta fructífera época de la música, y la cultura en general, es a veces olvidada no solo en los programas de concierto sino también en los programas docentes de Conservatorios y Escuelas de Música, a pesar de constatar que fue una de las etapas más lúcidas intelectualmente en España. Hubo nombres que quedaron ensombrecidos por autores como Manuel de Falla e Isaac Albéniz, por lo que es de justicia sacar de la oscuridad a autores de igual talla, pero que bien por cuestiones personales, ideológicas, o por no estar en el momento y lugar adecuado se vieron injustamente apartados.A pesar de estas injusticias históricas, es tremendamente satisfactorio observar como autores todavía desconocidos para público y docentes, salvo en sus ciudades de origen, son acogidos con calor fuera de nuestras fronteras, como ocurrió en Nueva York el 10 de abril de 2010, con las obras de Pedro Blanco y Antonio José y más recientemente en el Concierto en St. James´s Piccadilly en Londres el 13 de febrero de 2017, donde el público ovacionó especialmente la interpretación de la Danza Burgalesa n.º 3, de este último autor, también previamente revisada.Además de la revisión y estrenos de las obras mencionadas, Raquel del Val se ha centrado en Antonio José, trabajando con el inmenso fondo documental del Archivo de Burgos, creador de innumerables composiciones, muchas de ellas basadas en los cantos populares de su tierra. Estas obras pertenecen a variados géneros dentro de la música clásica: sinfónicos, corales, música de cámara, canto y piano, y por supuesto la música instrumental para piano.

Tal es el caso de ‘Tiempo de tarantela’, reestrenada el 30 de septiembre de 2011 en el Auditorio La Marina de Zamora, coincidiendo con el 75 aniversario de su fallecimiento, el estreno de su versión para canto y piano de ‘¡Ay, amante mío!’ el 5 de mayo de 2017 en el Auditorio Ciudad de León, y también la versión para piano solo de la vibrante ‘Danza de bufones’, que se estrena  el 23 de junio en el Ateneo de Valencia; previsto está también el estreno de la versión para, trío clásico de cámara de la ‘Suite ingenua’.

La inmensa labor de Monte Heliconio Editores, tomando como base los valiosos manuscritos del autor, revisa con detalle obras corales originales, así como las adaptaciones corales de otros autores; también están las adaptaciones corales de la ‘Canción del Marinero’ de Schumann y del ‘Andante de la Casación’ de Mozart. Capítulo aparte son las obras de cámara, y las de canto y piano, basadas en el rico patrimonio folklórico burgalés. Dentro de la música instrumental para solista, y fuera del ámbito pianístico, se edita también la preciosa ‘Sonata para guitarra’.

En cuanto a las obras para piano solo, destacar la graciosa ‘Marcha para soldados de plomo’, interpretada en Burgos el 26 de febrero de 2005 tras su revisión y edición musical, además del ‘Poema de la juventud’, la ‘Sonata Gallega’  o el ‘Himno a Castilla’. Es imprescindible nombrar las maravillosas ‘Danzas burgalesas’, interpretadas en numerosas ocasiones por Raquel del Val en público, y trabajadas en el ámbito académico en su versión de piano solo y de dos pianos o cuatro manos. Esta ardua labor de revisión viene acompañada de una minuciosa unificación de diseño realizado por Monte Heliconio Editores’, que estructura las publicaciones de Antonio José según las tipologías formales de sus obras y su estética instrumental y coral.

No se podría considerar completo este trabajo sin pasar al siguiente estadio: toda difusión editorial se complementa y engrandece si la partitura cobra vida en manos de los instrumentistas, y en este sentido cabe destacar la labor concertista de la leonesa Raquel del Val, que desde hace años difunde un patrimonio musical que gracias a ella empieza a ser conocido en el territorio nacional y en el extranjero.
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