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La duración de las cosas

22/10/2022
 Actualizado a 22/10/2022
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Dicen que Liz Truss, la primera ministra británica, ha durado menos que una lechuga iceberg. Bueno, no es que lo digan, es que lo ha comprobado el periódico ‘Daily Star’, que ha puesto a una lechuga de este tipo a pudrirse para ver quién aguantaba más: la lechuga o la política. Y la lechuga ha ganado. Como la iceberg, se ve que a su propio partido Liz Truss no le ha sabido a nada o, como mucho, le ha sabido mal. A cartón pasado, que es a lo que sabe la lechuga iceberg.

La duración de las cosas es una incógnita. Tenemos unos amigos con los que nunca se sabe lo que van a durar las sobremesas. Eso es una buena cosa y, por cierto, creo que no hay una palabra para traducir ‘sobremesa’ al inglés, no sé si hace falta decir por qué.

El otro día la sobremesa con estos amigos duró casi hasta la hora de la cena. Tanto que acabamos comprando unas castañas y comiéndolas en su casa. El motivo es que todavía no hemos avanzado tanto como para tener un cucurucho para tirar las cáscaras, e ir pelando castañas por la calle es un engorro.

Con el paso del tiempo vamos descubriendo que cosas que creíamos que iban a durar mucho, incluso toda la vida, no duran nada, y otras al revés. El tiempo, ya lo dijo aquel, es relativo. Una vez estaba escribiendo esta columna en un hostalito muy pequeño en un pueblo al que solemos ir a ver pájaros en otoño e invierno. Es un hostalito en el que no hay recepción y las llaves se recogen en un bar que llevan los del hostal.

Como no me llegaba el wifi a la habitación, bajé las escaleras y me puse a escribir la columna en la entrada, sentada en una silla de mimbre y con el ordenador sobre las piernas. Entró una pareja, saludó, subió a la habitación y, a los cinco segundos -tal vez fueron seis- esa pareja ya estaba de fiesta. La natural música del placer bajaba por las escaleras. Me puse la capucha de la sudadera que llevaba, más por un pudor absurdo -en ese momento no había nadie en el hostal más que ellos y yo- que por insonorizar lo insonorizable. Nunca escribí una columna con tanto apuro. A Liz Truss le ha pasado lo mismo con el poder: ha sido uno rápido.
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