La dualidad del artista

El berciano Roberto Sanz muestra en ‘Disociada realidad’ obras en las que por medio de técnicas abstractas le da vida a imágenes figurativas cuyas formas se diluyen, distorsionan y deforman bajo complejos trazos de pincel

Vicente García
27/02/2020
 Actualizado a 27/02/2020
El pintor berciano Roberto Sanz en su tránsito hacia la abstracción. | VICENTE GARCÍA
El pintor berciano Roberto Sanz en su tránsito hacia la abstracción. | VICENTE GARCÍA
El pintor y galerista berciano Roberto Sanz presenta en el Auditorio una serie de cuadros en los que se pueden contemplar paisajes de su tierra y edificios de la ciudad de León, como su catedral. A continuación su pintura se vuelve menos agradable, más fuerte y con una menor carga figurativa para ir poco a poco siendo dominado por la abstracción, que se ve en el último cuadro de la exposición en el Auditorio de León.

Eso lo afirma el autor cuando cuenta que «en los trabajos que he ido haciendo se ve la progresión, pues los primeros son más figurativos y muestran paisajes bercianos, que son del 2017, y a medida que se van viendo obras abstractas son más actuales. Se ve una progresión desde una figuración que sí que tiende un poquito a la abstracción a las últimas obras que son prácticamente abstractas».

Los referentes de estos cuadros son los paisajes y edificios bercianos que ha trabajado desde el natural utilizando para ello la realidad sobre la que toma notas y apuntes y una vez realizado el trabajo de campo lo finaliza en el estudio. Para él son importantes el dibujo y el color, como él mismo comenta: «El color es muy importante en mi obra, el dibujo también. En las obras abstractas está muy presente el dibujo y lo he trabajado desde cuando estudiaba Bellas Artes hasta en otras escuelas en las que me he formado».

Sus cuadros presentan edificios antiguos en su primera etapa, catedrales o conventos o paisajes de lugares leoneses y bercianos, incluso la Alhambra, para pasar a continuación a la disgregación del espacio y la presentación de imágenes de edificios destruidos de zonas en conflicto. Reconoce que su exposición se centra en la ruina, pero no como edificios y lugares destruidos, sino en cuanto a su antigüedad.

En las piezas de los lugares devastados por la guerra y los conflictos como Gaza y Cisjordania o Jerusalén, la ruina es real producto de la barbarie de la guerra.

Según su autor existen dos apartados en su exposición, en la primera se ven esos edificios antiguos tal como son, más figurativos y reales, una serie que recibe en nombre de ‘Alzado de la ruina’, mientras que las imágenes de Cisjordania, Gaza y Jerusalén en conflicto reciben en nombre de ‘Disociada realidad’, que es el título genérico de la exposición. Esta dualidad es a su vez la diferencia entre una primera etapa más figurativa y la segunda «donde prima la realidad un poco distorsionada a través de una técnica más abstracta, pues aunque las obras son figurativas, la técnica tiene más que ver con la abstracción que con la figuración», afirma el autor. Dentro de estas dos series se engloba casi toda la obra de sus últimos tres años que se presenta en esta exposición.

Además le dedica una pequeña sección al bodegón, que según observa: «es algo que siempre hago del natural, nunca de foto, siempre trabajo con bodegones del natural, luz natural o artificial mezclada con natural, pero viendo la mezcla directamente. Para pintar Jerusalén o Gaza sí me ha hecho falta la fotografía».

Las técnicas utilizadas para crear las obras de la exposición han sido también diferentes, tales como el óleo, la acuarela y el pastel: «En el trabajo más reciente capas y espátula, veladuras, texturas, materia. Hay mucho trabajo de textura y capas en esta última obra» nos comenta.

Una exposición que se podrá visitar en el Auditorio de León hasta el día 28 de febrero. No conviene perdérsela, pues es una exposición variada y singular y su autor tiene mucho que contar.
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