La división interna amenaza con acabar con la Primera Federación

El fútbol español podría estar a punto de sufrir un nuevo terremoto en sus competiciones si la Real Federación Española de Fútbol no encuentra una forma de reflotar una liga que ahora mismo parece dirigirse inevitablemente hacia el fracaso.

En solo su segundo año, la nueva tercera categoría nacional no ha terminado de asentarse, con continuos tiras y aflojas que, a pesar del evidente aumento de nivel deportivo, no le ha permitido consolidarse. Un ida y vuelta que está teniendo estas últimas semanas su momento más álgido tras plantear la Federación a los clubes qué modelo quieren para la competición de cara al futuro comenzando por la próxima temporada, uno en el que se mantengan las ayudas y subvenciones, pero con un riguroso control económico u otro con total libertad pero sin esas ayudas. Sin votarse en el momento de su propuesta, la comisión delegada convocó a los clubes a enviar su voto encontrando la polarización más absoluta en esta votación: 22 clubes (entre los que se encuentra la Cultural) a favor del primer modelo, que requería unanimidad y 18 que enviaron una carta a la Federación con tres puntos (negociación colectiva, arbitraje y cesión de activos publicitarios) que les impedían votar a favor de la misma propuesta.

Según informaba ayer el diario As, la Federación tendría incluso decidido acabar con la categoría planteando un sistema para regresar a la antigua Segunda División B de cara a las próximas temporadas.El nombramiento del director de la Primera Federación como máximo responsable también de Segunda B podría ser un indicativo de esta intención, asegurando las mismas fuentes que en la Federación ya se toma la nueva categoría «como un fracaso».

La Primera Federación nacía de la intención de muchos clubes de acortar el paso entre la Segunda División B y el fútbol profesional, aprovechando la pandemia y la no finalización de las competiciones como perfecta excusa para la reestructuración. Sin embargo, no han sido los recursos generados los esperados y tras dos ventas fallidas de derechos de televisión a un precio muy inferior del esperado además de la ausencia de patrocinadores importantes para la liga, teniendo que poner la Federación de sus propios fondos un dinero que tampoco ha servido para tapar los agujeros que ha generado una categoría en la que, por otra parte, muchos clubes han derrochado dinero que no generan mientras se quejan de acumular pérdidas. Una posible solución sería la reducción de equipos en la categoría, pasando de 40 a un solo grupo de 22 o 24 clubes imitando el modelo inglés, habiéndose rumoreado la intención de LaLiga de gestionar una competición bajo ese modelo.