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La despensa nacional

21/03/2022
 Actualizado a 21/03/2022
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La manifestación de ayer en Madrid, más allá de las cifras de asistentes que son utilizadas como arma arrojadiza pero que el epígrafe de histórica no hay quien se lo quite, es una pequeña muestra de cómo está el sector primario español, esa división de la economía nacional que se encarga de dar de comer y que tan vergonzosamente hemos tratado durante los últimos años.

Y digo que ‘hemos tratado’ porque todos tenemos algo de culpa si consentimos en el plato carne o pescado de importación o si metemos en la cesta de la compra frutas o verduras que vienen de fuera cuando las nuestras quedan tiradas por el campo porque al productor no le compensa cosechar.

Porque nos resulta más fácil echar la culpa a los gobiernos, administraciones que por uno y otro lado han consentido durante treinta años barbaridades en torno a los productos del campo español, pero el consumidor de a pie debe cargar con su parte del pecado de arruinar la agricultura, la pesca o la ganadería nacionales cada vez que se lleva a casa un carro de la compra donde la mitad viene de fuera, teniéndolo aquí.

Y no me refiero a las frutas tropicales, el bacalao de Islandia o el café, que por mucho que lo intenten nuestros agricultores y pescadores es imposible. Me refiero a gestos diarios como comprar carnes de Alemania y de Argentina con el sector ganadero que tenemos aquí, a meter en la cesta de la compra judías verdes o aceite de oliva que vienen de Marruecos, patatas francesas o de Israel mucho más caras que las leonesas y sin comparación o a llenar el carro de leche envasada a cuarenta céntimos el litro que suele ser agua con una sustancia en polvo que viene de China. O la miel asiática, las legumbres...

No le voy a enumerar las ventajas de la despensa nacional frente a la global porque ya no es que me saliera del espacio que me dejan, necesitaría varias páginas. Lo que vengo a recordarle es que sufrimos el problema de tener gobiernos que muchas veces son títeres en manos de otros, además de un fallo por falta de conciencia personal. Supongo y espero que lo de ayer sea solo un aviso y sirva para tomar nota urgente.
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