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La despedida de Álex

13/11/2019
 Actualizado a 13/11/2019
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Fue en Madrid, en el Ochoymedio Club –en la sala But– el sábado pasado. Álex se subía por última vez a un escenario, en un concierto de despedida para el que las entradas se habían agotado a los pocos días de salir a la venta. Lo había anunciado meses atrás, así que a nadie le pillaba por sorpresa; y aún quedarían unas cuantas actuaciones por delante, por lo que sus fans, mal que bien, tendrían ocasión de dedicarle un último aplauso…

Atrás quedan tres décadas y media de trabajo, una vida dedicada a la música, desde que un jovencísimo Alejandro Díez Garín, a mediados de los ochenta, se embarcara en una aventura, primero liderando a Los Flechazos –y aún antes en Ópera Prima– y después como ‘alma’ de Cooper, a la que acaba de poner el punto final.

Ya sabes que soy más de música de Semana Santa que de este estilo –el propio Álex me recordaba hace algún tiempo que así, poco más o menos, se lo había espetado en su día…–; pero eso nada tiene que ver con que él sea –de hecho, lo es– uno de los ‘imprescindibles’ de la música leonesa.

La verdad es que no conocía sus canciones más allá de escucharlas alguna vez de fiesta…, ni tampoco le había visto nunca en concierto; así que, al enterarme de que había puesto fecha a su retirada, no quise dejar pasar la ocasión de conocer su música un poco mejor… Y hoy puedo decir que le he visto en directo, y que tengo un disco de Los Flechazos y otro de Cooper… que, por cierto, espero que me los dedique. ¡Ah! Y también que de vez en cuando se me mete ‘Suzette’ en la cabeza, y me paso un rato tarareándola… en voz baja… casi siempre…

Estos días de atrás –no sé si te lo había dicho– he estado de viaje; y coincidió que el sábado pasado, estando en Chicago, visité el Museo de Historia de la ciudad, en donde hay un rincón dedicado a su música –jazz, soul, blues–; y, no sé por qué, allí me acordé de Cooper, y de que era el mismo día en que Álex decía adiós a los escenarios. Y pensé que se despediría a lo grande. Y estoy seguro de no haberme equivocado.
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